Revista Cómics
Ayer tuve la oportunidad de asistir en el Teatro Campoamor a la proyección de un clásico del cine, Metrópolis, acompañado de la orquesta Oviedo Filarmonía que daba la música en directo a dicha película. El conjunto de la proyección de una película tan moderna y futurista para la época (fue diridida en 1927) con la música de orquesta en directo, es una combinación auditiva y visual digna de ser considerada una oportunidad única.
Metrópolis fue dirigida en 1927 por el cineasta de origen austríaco Fritz Lang. (1890- 1976) Su filmografía puede dividirse en dos etapas, la etapa alemana y la estadounidense. Lang tuvo que abandonar Alemania tras la propuesta de Goebbels de hacerse cargo de los estudios alemanes UFA, pero Lang al ser contrario a las ideas nazis tuvo que huir a los Estados Unidos donde tuvo una prolífica carrera como director. Algunas de sus películas más conocidas son M, el vampiro de Dusseldorf (1931, perteneciente a su etapa alemana), Mientras Nueva York duerme (1956), La sombra de una duda (1956). Es importante mencionar que en su etapa americana el género de sus películas es básicamente policiaco.
Respecto a Metrópolis, es una adaptación de la novela homónima que curiosamente fue escrita por la mujer de Lang Thea von Harbou en 1926. Las influencias de Metrópolis están claramente definidas por el movimiento del expresionismo alemán y el futurismo. La dirección artística es de lo más desacable de la película, la cual se traduce en grandes decorados y escenarios innovadores.
El argumento de Metrópolis es encillo y largo a la vez. Cuenta la historia de una ciudad-estado (Metrópolis) situada en el año 2026, donde la sociedad está dividida entre los obreros y constructores de la ciudad, los cuales se encargan de mantener en constante movimiento a las máquinas que permiten mantener con vida a Metrópolis. Éstos viven en una oscura y lúgubre ciudad en el subsuelo mientras los ricos y pensadores, viven en el mundo exterior donde se genera toda la riqueza, además del ocio y las diversiones. Como no, los obreros están muy explotados con unas jornadas de trabajo interminables y una calidad de vida pésima. El jefazo y organizador se esta desequilibrada situación es Johan Fredersen, mientras que la líder de los obreros es María, una angelical mujer que les trasmite buenos valores y sentimientos. Un día, el hijo de Fredersen, Freder, ve a María decide seguirla, por lo que llega a la ciudad subterránea y contempla con horror la pobreza de esas gentes. Freder, que es un hombre bueno decide que esta situación tiene que acabar, pero no será todo tan fácil. Tenemos a otro personaje, que es un extravagante inventor, que creará un robot y posteriormente le dará las facciones de María. Lo que se pretende es influir sobre los obreros negativamente para que hagan una revolución y se subleven contra Metrópolis. Pero lo que éstos no saben es que si dejan sus puestos de trabajo toda su ciudad se inundará y dará lugar a múltiples desastres.
Como podemos comprobar, en el argumento intervienen una serie de factores claves que podemos resumir en cuatro palabras: Simbolismo (se hacen alusiones a la Torre de Babel así como también a varios pasajes de la Biblia), romanticismo ( respecto a la historia de amor entre María y Freder), socialismo (conciencia de los derechos del proletariado) y el tecnicismo (importante papel de las máquinas en la sociedad).
Como dato curioso, está película fue la primera en ser declarada Memoria del Mundo por la Unesco. Junto a Metrópolis ostentan este privilegio Los olvidados de Luis Buñuel y El mago de Oz de Victor Flemming.
En youtube está la película completa.
"La manos y el cerebro se unen a través del corazón"