Dibujo de Peinado
En 1927 Luis Buñuel escribió en La Gaceta Literaria una crítica sobre la película Metrópolis, dirigida por Fritz Lang ese mismo año, que iba acompañada de un dibujo de Joaquín Peinado que reinterpretaba la secuencia del obrero manejando las manecillas del reloj gigantesco, esta vez en medio de un conjunto heterogéneo de elementos y en lo que parece más un escenario teatral que un espacio cinematográfico; un dibujo que volvió a publicarse en otro número de la revista acompañando esta vez una crítica de Amanecer, dirigida por Murnau también en 1927, relacionándola con Metrópolis. En esta crítica Buñuel escribe algunos párrafos sobre arquitectura y escenografía: "El film, como la catedral, debía de ser anónimo. Gentes de todas clases, artistas de todos órdenes han intervenido para alzar esa monstruosa catedral del cinema moderno. Todas las industrias, todos los ingenieros, muchedumbres, actores, escenarista, Carl Freund, el as de los operadores alemanes, con una pléyade de colegas, escultores, Ruttman, el creador del film absoluto. A la cabeza de los arquitectos, figura el nombre de Otto Hunte: a él y a Ruttman se deben, en realidad las conseguidas visualizaciones de Metrópolis. El decorador, último de los vestigios legados al cinema por el teatro, apenas si interviene aquí. Lo presentimos tan sólo en lo peor de Metrópolis, en los enfáticamente llamados jardines eternos, de un barroquismo delirante, de un mal gusto inédito. El arquitecto substituirá ya, para siempre, al decorador. El cine será el fiel intérprete para los más atrevidos sueños de la Arquitectura". Buñuel distingue entre el "decorador" y el "arquitecto", atribuyéndole a aquel el papel del escenógrafo teatral y a éste el del cinematográfico al mismo tiempo que con optimismo le promete que podrá usar el cine para mostrar sus "más atrevidos" sueños.Buñuel también escribe sobre la ciudad de Metrópolis y los efectos especiales: "Olto Hunte nos anonada con su colosal visión de la ciudad del año 2000. Podrá ser equivocada, incluso anticuada con relación a últimas teorizaciones sobre la ciudad del porvenir, pero, desde el punto de vista fotogénico, es innegable su fuerza emotiva, su inédita y sorprendente belleza; de tan perfecta técnica, que puede sufrir un prolongado examen sin que por un solo instante se descubra la maqueta". La verosimilitud del truco, de la maqueta, del efecto especial, también eran mencionadas en aquellos años, incluso por alguien que nunca los empleó como Luis Buñuel, que además reconoce la fascinación por las imágenes colosales de la película dirigida por Lang. Es interesante conocer el punto de vista de alguien fundamental en la historia del cine, como Buñuel, respecto a las relaciones entre cine y arquitectura.