Revista Cultura y Ocio
THE MAJESTIC
Este hijo mío va listo si se cree que me va a quitar la vida, ahora me sale con que le espere en el Rialto, con la excusa de no sé qué asunto urgente que tiene que contarme. Pretenderá paralizar Nueva York, como si yo tuviera todo el día para él, además sabiendo que hoy es día de Majestic, de bridge, y que Agnes y Emma me esperan para el martini vespertino y nuestra pequeña timba. Será para anunciarme otro divorcio, como si lo viera, o no, ahora tocaría compromiso, eso de trabajar en publicidad le ha hecho creer que puede cambiar de mujer como de marca de cigarrillos, qué ingenuidad y qué desfachatez, por Dios. Pero bueno, a estas alturas ya no voy a lograr que siente la cabeza, en eso ha salido a su padre, en la ligereza, no en los divorcios, eso no, que Rupert fue siempre muy leal, hasta para irse cuando debía, algo que nunca le agradeceré lo suficiente. ¿Cómo que un botones me va a traer el martini? Ah, una llamada, al final habrá recapacitado. Estoy por no atenderle después de todo, que le tengo muy mal acostumbrado. (…) ¿Cómo, la policía? (…) Sí, sí, soy yo, dígame (…) Pues sí, es mi hijo, al menos hace tres días lo era, porque ése es el tiempo que lleva sin dignarse a ver a su madre (…) ¿Cómo detenido? (…) ¿Embriaguez y escándalo público? Sí, sí, entonces seguro que es mi hijo (…) No, no, yo ahora no puedo ir a recogerlo, no conduzco siquiera, como usted comprenderá (…) ¿Pasar la noche en el calabozo? Humm, bueno, si no hay más remedio. La ley es la ley (…) No, no, de verdad que no puedo hacerme cargo. Además, ya es mayorcito, como ustedes habrán comprobado (…) ¿Qué dice de desnaturalizada? Oiga, no sea grosero (…) Ah, que lo dice él, bueno, no se apure, es un pequeño juego que tenemos (…) No, ni idea de quién puede ser ese tal Kaplan (…) No, no me suena de nada (…) ¿Quién dice que se llama así? No, no, es un error, Roger, él se llama Roger (…) Sí, mejor que duerma la mona y que me llame mañana. Gracias - Su martini, como a usted le gusta, señora Thornhill.