Seguro que a casi todos nos entró un poco de morriña cuando decidieron quitarnos nuestros toricos de las carreteras porque podían causar distracción a los conductores. O que me decís de la cantidad de permisos que son necesarios para poner un anuncio en la panadería que puso tu prima cerca de su casa, al final se decantó por poner nada mas un toldo con el nombre que lo baja cuando hace un poco de sol porque sale mas baratico.
En México esto de los anuncios también está regulado. Antes de poner un cartel es necesario contar con los permisos municipales. No se bien en que consistan pero si te puedo decir que alguna vez he visto uno al que le han puesto una bonita pegatina encima con la leyenda “clausurado”. Yo supongo que básicamente consestirá en pagar unas tasas y mostrar un seguro por los daños que pueda causar el cartel, así como cumplir con ciertos lineamientos en cuanto al tamaño y ubicación; ya después cada año con que pagues las tasas es suficiente. El detalle es que una vez puesto el anuncio, muchos no pagan las tasas al año siguiente, y el ayuntamiento no tiene gente suficiente para ir revisando anuncio por anuncio si pagó los permisos correspondientes o no, y en caso de no haberlo echo, con una voluntaria gratificación al revisor, el anuncio permanecerá a la vista de la población.
Así pues, por mas pequeño que sea el tendajo donde venden galletas naturistas, o la taquería de don panchito que quiere que se le vea. Todos tienen su anuncio bien a la vista para que la gente los encuentre mas fácilmente al pasar por la calle. El problema es que como todo quisqui pone anuncios, al final el encontrar entre toda la maraña de carteles el negocio de repuestos para lavadoras porque se te jodió una manguera, resulta mas complicado de la cuenta, sobre todo por que algunos letreros tapan a los otros.
Si por otro lado en lugar de un tendajo de venta de zapatos perteneces a una gran cadena comercial, o una marca de coches; lo que quieres es poner uno de esos cartelones gigantes para que te vean desde casadio... desde muy lejos. En esos la opción mas viable es el contratar a una empresa que ofrezca sus servicios en este aspecto y que ellos se encarguen de los permisos. Estas empresas por lo general tienen copados los puentes peatonales, avenidas principales y cualquier terreno que permita instalar un poste de 300 metros de altura (por lo menos). Ya ellos mismos se encargan de poner y retirar los anuncios según la empresa haya o no pagado la correspondiente cuota, o a veces con uno tapan el anterior.
Nuevamente con estos anuncios pasa lo mismo que con los pequeños; es necesario sacar un permiso en el ayuntamiento para poderlo instalar, además de contar con un seguro pues ya se han dado casos donde el letrero se ha caído, bien sea en las casas circundantes, o en algún coche aparcao en los alrededores. Ahora, que en este caso igualmente son tantos que yo creo que ni siquiera la empresa dueña de ellos sabe en realidad cuantos tiene; esto lo puedo afirmar porque a veces ves un letrero que te anuncia una oferta que está vencida hace tres meses o un concierto que está programado para hace un año. Así que cuando llega el tío que está a cargo de revisar los carteles, que estén con los permisos en regla e instalados adecuadamente, la empresa dueña del cartel le suelta una pasta, o a veces ya hasta lo meten en la nómina para que cotice pa su jubilación. La idea es que en el informe pongan que todo está en orden. Después cuando ocurre un accidente y los de los noticieros andan dando lata ya veremos a quien mas hay que untarle el morro.
Por todo ello, si ya mezclas en una de las avenidas importantes, los anuncios pequeños, los grandes panorámicos, los señalamientos viales que te dicen por donde ir para tal avenida, con los anuncios de las calles y las pantallas gigantes tipo estadio donde te pasan anuncios en vivo (si si, hay un par de ellas en la ciudad, algo así como las que que salen en cualquier película gringa que muestra la plaza España de nueva yor); el despelote de anuncios es total. Por cierto, las de los anuncios en vivo están estratégicamente colocados en las avenidas de mayor tráfico, mas que nada porque a las horas críticas el atasco suele ser monumental, así la gente se puede entretener viendo los anuncios en lo que el coche de adelante avanza.