“Mezlado, no agitado”

Esta mítica frase ha sido pronunciada por el agente secreto más famoso del cine, James Bond, cada vez que pedía su inseparable Martini con Vodka (en la primera película que apareció fue “Agente 007 contra el Dr. No” de 1962) y con motivo del último estreno de “Skyfall”, El Volumen de la Armonía os quiere ofrecer a todos un artículo para conocer los entresijos del mundo de los cócteles; así que preparad los vasos de cristalería fina y atentos a todo lo que hay que saber sobre esta tendencia, cada vez más de moda.  

Primero un poco de historia para entrar en materia y asentar las bases antes de empinar el codo: el orígen del cóctel se cree que comenzó en el antiguo imperio azteca, pero la primera información documentada que permanece del cóctel se remonta al siglo XVI.

Si avanzamos un poco, una primera definición de cóctel aparece en la publicación neoyorkina “The New York Balance” en 1806 y en 1862 se publicó la primera guía de recetas para preparar cócteles. Cuando comenzó a hacerse popular fue en EEUU durante la famosa “Ley Seca” (década de 1920), para camuflar los aguardientes de pésima calidad que se servían en los bares clandestinos.

Actualmente la cultura del cóctel se ha expandido por todo el mundo y se pueden disfrutar en inumerables bares y establecimientos especializados que sirven cientos de variedades para todos los gustos.

Acabada la parte teórica ya podemos comenzar con la parte práctica (la mejor y la más interesante). Si quereís disfrutar de un buen cóctel en casa y en compañía de amigos (así como quedar estupendamente delante de cualquiera como un auténtico “barman”) no se os puede olvidar el “ABC” de los cócteles:

- Margarita: simple, suave y lleno de sabor; para prepararlo solo se necesita sal, tequila Cointreau y hielo (¡y que viva México, carajo!)

- Bloody Mary: cóctel histórico (y no sólo por su nombre), este cóctel no es apto para paladares sensibles, pues se compone de zumo de limón, salsa de rábano picante, hielo, tabasco, zumo de tomate, vodka, pimienta y sal. Después de probarlo se puede salir a la calle sin necesidad de abrigo, pues pone a tono a cualquiera

- Cosmopolitan: cualquier fan de la serie “Sexo en Nueva York” sabe de qué se trata, ya que sus protagonistas no beben otra cosa. Si os queréis sentir como Carrie Bradshaw, solo necesitáis vodka, triple seco, zumo de arándanos, limón, lima y azúcar.

Para aquellos que no se atrevan a experimentar en el mundo de la coctelería y prefieran ir a tomarlo a un sitio especializado, desde el Volumen de la Armonía hemos hecho una criba de los mejores sitios de Madrid,  and the winner is…

- El Hawaiano: esta coctelería se ubica en el barrio de Huertas, concretamente en la Plaza de Santa Ana nº23. Su decoración tropical e isleña hace honor a su nombre y, por un precio de 8€ la consumición (así como una tapa gratis con cada ronda), se puede degustar una larga lista de cócteles hasta perder el sentido. Si vais con un grupo de gente numeroso no dejéis de probar “el volcán”; literalmente es lo que promete, ya que hasta hecha humo de verdad.  

- Areia: es la coctelería más completa de Madrid y un sitio imprescindible si todavía no lo conocéis. Ubicada en el barrio de Chueca (Calle Hortaleza nº93), su decoración oriental y su ambiente “chill-out” es ideal para escapar del estrés de la ciudad y disfrutar de una buena conversación en sus camas balinesas. Además de cócteles de todo tipo, por las noches se convierte en un “night-club” de música electrónica con DJ´s en directo

- Friday´s: Puede parecer extraño que una hamburguesería sea también especialista en cócteles, pero lo bueno de este sitio es que cuenta con varias franquicias por Madrid y su “Happy hour” de lunes a viernes (de 17:00 a 20:00) que oferta las consumiciones a mitad de precio (por unos 3€ se puede recorrer la carta de arriba abajo las veces que el cuerpo aguante). La opción más económica y no por ello menos recomendada. 

Para acabar, presentamos en exclusiva para todos nuestros lectores el cóctel “Volumen de la Armonía”, ideal para cualquier fiesta o noche de diversión y que gusta a todo tipo de gente porque parecerá un refresco más que una bebida alcohólica. Los ingredientes son: bebida blanca (vodka o ginebra), refresco de limón, un poco de azúcar, zumo de naranja y licor sin alcohol del sabor que más os guste (es simplemente para dar un toque de “color”).

Después de tanto hablar de alcohol espero que  este artículo, en vez de resaca os deje un buen sabor de boca y sepáis todo lo que hay que saber del mundo del cóctel.