Novela histórica
A pesar de la evidencia de que he leído muchísima literatura juvenil, en la práctica el género que me ha dado un mayor número de satisfacciones en proporción a las lecturas es un viejo conocido mío: la novela histórica. A veces el calificativo de ‘histórico’ está un poco cogido por los pelos porque no sé a partir de qué período empezamos a hablar de realismo y actualidad; no obstante, lo importante al final son los libros y si alguno os interesa seguro que sabréis encontrarlo, aunque de entrada no esté en esta sección.
Empiezo con una novela absolutamente maravillosa: La enfermera de Brunete(Manuel Maristany), que además se trata de la más extensa que he leído este año (más de mil páginas, ahí son nada). Cada cierto tiempo me apetece leer un libro muy largo: es una buena forma de dejar atrás malas rachas lectoras ya que, si das con uno adecuado, te aseguras entretenimiento para unas cuantas semanas. Va de la Guerra Civil española, pero no os asustéis: es entretenidísimo y en ningún momento tuve la sensación de estar leyendo algo que ya me han contado mil veces. Vale la pena, de verdad.
Por otro lado, he devorado una estupenda novela sobre la Barcelona de la Edad Media, Te daré la tierra (Chufo Lloréns). Si todavía no habéis descubierto a este escritor, os animo a que lo hagáis ya de ya porque sus obras valen la pena (aunque para mi gusto está mejor Catalina, la fugitiva de San Benito que la que he citado anteriormente). Pese a tener un estilo descriptivo, siempre consigue atraparme y me adentra irremediablemente en sus historias. Estoy deseando leer sus otros libros.
La cautiva de los Borgia (Jeanne Kalogridis) fue toda una sorpresa para mí: lo leí sin referencias previas y me gustó muchísimo, una apasionante visión de la familia Borgia con una recreación de la época impecable. También puedo catalogar como agradables descubrimientos Flores en la sangre (Gay Courter) y La vendedora de huevos (Linda D. Cirino), el primero sobre la interesantísima vida de los judíos en la India y el segundo sobre el nazismo. Sin ser perfectos, me dejaron muy buen sabor de boca y os los recomiendo encarecidamente.
Por último, destaco los que tengo más recientes: Encuentro en Sebastopol (Katharine McMahon), una novela de sentimientos con la Guerra de Crimea como telón de fondo; La Universal (Toti Martínez de Lezea), una extravagante pensión en el Madrid de principios del siglo XX; La Principessa (Peter Prange), una enriquecedora historia que tiene como protagonista la arquitectura barroca italiana; y finalmente Dos chicas de Shanghai (Lisa See), el relato de dos hermanas que tuvieron que emigrar a Estados Unidos a raíz de la ruina familiar y los bombardeos japoneses. Los cuatro son maravillosos, aunque los valoré con un notable son el tipo de libros que recomiendo encarecidamente a todos los amantes del género.
Y no, no os estoy gastando una broma.