Mi abuelo fue un desertor del ejercito Italiano en la 1a. guerra mundial, el emigró de la península de la bota en un barco mercante en calidad de polizonte, según relatos de mi abuela el vino huyendo de la confrontación en el viejo continente y fue como llego a tierras Veracruzanas donde somos ricos en leyendas y relatos casi fuera de este mundo, “La llorona”, ” La mulata de Córdoba”, que el vampiro y el Nahual, aquel ser humano que tiene cierto pacto con el mal y por las noches cambia o se transforma en diferentes animales para cometer sus fechorías.
Cuentan los viejos que el Nahual, tiene por costumbre transformarse en un animal para cometer robos y hacerse rico con las pertenencias de otros, adquiere la forma de perro, burro, cerdo de acuerdo a lo que necesite, se dice que cuando da la media noche es cuando se convierte y azora a sus victimas durante el periodo mas oscuro de la noche y tiene que volver a su hogar antes de que amanezca o el sol salga para no morir con la nueva luz, esta leyenda se cuenta por la región de Orizaba, Córdoba y todo el centro de Veracruz, y hay quienes creen y han visto esto con sus propios ojos.
Pues bien, el hecho es que el abuelo se asentó en esta región y se dedico al oficio de hojalatero y fabricaba con sus manos utensilios como cubetas, tinas, charolas, cántaros y una serie de artículos muy variados y lógico es que tenía que salir a venderlos en los pueblos y mercados cercanos al lugar en donde vivía, el Pueblo de Nogales Veracruz, en su calidad de militar retirado y conquistado por el folklor regional de su música y tradiciones como todo buen señor de esa época pues se hizo aficionado al buen trago , la comida y además la cacería que por esos años abundaba por la zona, aficionado a este ultimo pasatiempo traía siempre con el un puñal de plata que el mismo había fabricado y fue precisamente eso, lo que un día, quizás salvo su vida y su familia por el resto de los tiempos.
Cabe mencionar que en aquellos tiempos, a fin de cuentas pueblo chico infierno grande, todo se sabía, cualquier cosa de pasara se sabía y en aquellos momentos circulaban de boca en boca las tropelías y abusos del Nahual, un fin de semana cualquiera, tomó sus cosas y se fue a vender al vecino pueblo de Huiloapan, lugar conocido porque en el se llevo a cabo la boda muy famosa entre Diego de Alvarado un oficial de Hernán Cortés y la “Malinche” en tiempos de la colonia, hay quienes dicen que fue Hernán Cortés quien la tomó por esposa, pero esa es otra historia, el caso es que para llegar a Huiloapan era necesario cruzar el único puente que en esas fechas unía dichos pueblos, un puente de madera viejo que daba paso solo a una persona porque era muy angosto y crujía cada que alguien lo cruzaba, pues previo al encuentro, ese día el abuelo Pepe porque así le decían pues era de nombre José y apellido italiano Schettino, realizó su venta del día y cuando se disponía a volver, como dicen por estos lares, no faltó un “San Camilo” que le invitó el trago y la cerveza y fue así que se hizo de noche, al ver la hora Pepe se despidió de la “palomilla” término que se usa para describir a los amigos y emprendió el camino de regreso fue en el puente añejo e inseguro donde tuvo el encuentro con “El Nahual”.
Pasaban de la media noche y empezó a bajar por la vereda que lo llevaba al puente, cuando al llegar a la mitad del paso oyó que alguien le hablaba por su nombre, _¡Pepe Schettino, deja todo lo que llevas y regresa por donde veniste!_ al levantar bien la cara vio a un gran burro que le hablaba, por un momento no supo que hacer, ni que decir, un gran escalofrío recorrió todo su cuerpo ante la amenaza repetida de aquel ser oscuro y demoníaco, el abuelo respiro profundo mientras el animal comenzaba a aproximarse hacia el, en medio del terror y el escalofrío recordó que en sus platicas de cacería y parranda habían comentado la manera de cazar a un Nahual, así que sacó su puñal de plata y con el hizo un círculo y enterró la fina hoja de plata en el centro del mismo, aun dudando si el remedio serviría, trató de serenarse y le dijo al ser siniestro _¡No te tengo miedo!_ pero notó que el animal ya no avanzó hacia el, vociferaba y decía maldiciones pero se quedó impávido, quieto como estatua, transcurrieron varias horas y el grotesco animal habló, _Pepe Schettino yo se quien eres y se que no eres mala persona_, _yo estoy maldito y por hacerme fácil la vida, invoqué al mal y ya no tengo otra manera de vivir, robo, asalto, tengo muchas cosas, riquezas que no me sirven de nada, déjame ir y a cambio te daré lo que quieras, te llevaré a mi casa y podrás tomar lo que quieras_, así siguieron pasando las horas y ya casi amaneciendo, bajo promesa de no hacerle mal, el abuelo retiró el puñal de la madera del puente y el animal cobró forma humana, él nunca nos dijo quien era, pero acompañó a este hombre hasta su casa y al llegar y entrar a la misma, casa que por cierto no darías nada por ella, de adobe piso de tierra y unas laminas viejas, tenía unas mesas muy grandes, donde había joyas, dinero y viandas que jamas podrías imaginar, afuera en los corrales, animales, cerdos, borregos animales de la región dignos de concurso, el Nahual se dirigió al abuelo y le dijo, _Pepe… lo prometido es deuda, toma lo que quieras y vuelve tranquilo a tu casa_ el abuelo quien fue una persona, sencilla y honorable le contestó, _No voy a tomar nada, solo te pido una cosa… que jamas tú y los de tu clase se metan con mi familia y posteriores generaciones_.
Así fue el encuentro de mi bis abuelo José Schettino con este ser engendro del mal, historia que si es o no verdad, la comparto con todos ustedes y lo dejo a su imaginación, por cierto hace ya muchos años, enfrente de mi casa siendo aun un niño, junto con mis primos unas vacaciones de diciembre vimos a un gran perro del tamaño de un becerro, una noche en que jugábamos en la calle ya oscurecido, tratamos de ahuyentarlo y cuando volteó a mirarnos sus ojos se tornaron rojos como el fuego y corrimos a la casa,nos visitó esa noche el Nahual… no lo se.