Empiezo esta nueva etapa con un post en el que hablo de Malakids: una iniciativa para pasar el día en familia y Platea: todo un espectáculo culinario en plena milla de oro de la capital.
Malakids nació hace seis meses como un festival urbano para familias en el barrio de Malasaña. Medio año después de su primera edición, el pasado fin de semana han repetido experiencia ampliando a nuevos espacios como el Centro Cultural Conde Duque, la Plaza de San Ildefonso o la Plaza de las Comendadoras. El barrio de Malasaña y sus aledaños se llenan de talleres, actividades, juegos y música dirigidos a los más pequeños, ofreciéndonos la posibilidad de pasar un día en familia en uno de los barrios más carismáticos de Madrid. Todo esto gracias a la colaboración de sus vecinos, comercios, Ayuntamiento, instituciones culturales, etc. Atrás quedaron mis años de adolescente (allá por los 90) en que Malasaña era una de las zonas con peor fama de la ciudad. La zona de moda de copas rondaba la glorieta de Bilbao por aquella época, pero poner un pie en la Plaza del 2 de Mayo era algo impensable. En cambio, desde hace unos años, Malasaña se ha llenado de vida y de gente alternativa con ganas de hacer cosas nuevas y diferentes.Os dejo algunas fotos del día tan bueno que pasamos. Sin duda, lo más original y divertido fue el concurso de saltos en charcos-barreños con agua al ritmo de samba brasileña.
Platea Madrid (C/ Goya 22) es la última gran apuesta culinaria en Madrid. El antiguo cine Carlos III y la discoteca Cleofás se transforman en un espacio gourmet que alberga seis estrellas Michelín. Platea está dividido en tres zonas: El Patio, dos plantas donde podemos disfrutar de tapeo nacional e internacional (mexicano, japonés, peruano, americano, etc).
El restaurante Arriba de Ramón Freixa, en la primera planta. Y la coctelería El Palco, en la segunda.
Nosotros probamos boquerones fritos, croquetas de boletus, tortilla de patata, sashimi de atún y pez mantequilla, ceviche peruano y papa rellena de carne también peruana. Todo ello amenizado con música en vivo desde el escenario original del cine (el sábado tocaron unas cuantas de las películas de Tarantino que me encantan).
No dejéis de probar los dulces y postres de Mamá Framboise; por lo visto están increíbles. Nosotros llegamos tarde, el local cierra a las nueve y el carrito de los postres dejó de pasar cuando íbamos a pedir, sobre las doce, así que lo sustituimos por un mojito que estaba buenísimo.
Merece la pena pasar por allí y aprovechar todas las oportunidades que nos ofrece Platea: tomar un vermut de grifo en el aperitivo, unas cañas con amigos, un café, un vinito en pareja, comer, cenar...
¡Encantada de estar de vuelta y hasta la próxima semana!