Mi amor por la sastrería

“Savile Raw es una reconocida calle de Mayfiar, en el centro de Londres, la cual cuenta una historia, que personalmente me cautiva, y es acerca de la tradicional “Sastrería a la medida”. Savile Raw fue construida entre los años de 1731 y 1735,  y lleva el nombre de la esposa del tercer conde de Burlington, Lady Dorothy Savile. Éste es un lugar que me enamora por su maravillosa historia  y por la atracción que produce la sastrería tradicional”.

Hablar de la sastrería es hablar del sastre, y cuando hacemos mención de un sastre nos imaginamos una persona con agujas, alfileres, tizas, hilos, tijeras, dedales y una cinta métrica, que se dedica a realizar prendas de vestimentas hechas a la medida y al gusto de sus clientes. 

Antiguamente, ser sastre era un oficio muy importante puesto que eran las personas que se encargaban de las vestimentas de reyes, reinas y demás personas pertenecientes a la realeza.

Debido al desarrollo de la revolución industrial, el cual dio paso a la aparición de la producción masiva de textiles y de indumentaria, provocó la decadencia de la sastrería. Sin embargo, los sastres continúan existiendo, solo que ahora llevan la exclusividad en sus trajes. 

Generalmente, aquellas personas que ejercen trabajos en cargos superiores como ejecutivos, políticos, personalidades del mundo del cine, y personas elitistas son quienes pueden darse el lujo de pagar los elevados precios cobrados para la confección de prendas sensibles al gusto particular. 
Pero aunque es difícil conseguir prendas a la medida, a un bajo precio no es imposible. Así como existen marcas low-cost, de igual manera existen sastres que trabajan a un bajo costo. 

Aunque es cierto que la sastrería es un arte refinado, pulcro, y con un ADN propio, en el mundo de la moda, éste arte va quedando atrás. Los grandes diseñadores han hecho que la elaboración de prendas a la medida poco a poco quede en el olvido, ya que las grandes marcas, como es el caso de Armani, en sus pasarelas nos muestran trajes atrevidos, llenos de color y a la vanguardia. 

Además no debemos pasar por alto que hoy día las prendas cuentan con medidas estandarizadas, a la cual nosotros, los consumidores nos hemos acostumbrados.

Debo admitir que me seducen los trabajos artesanales y la idea de tener prendas hechas a la medida me causa interés; ya que soy de esas personas que deben recorrer varias tiendas para conseguir prendas que encajen perfectamente a mi cuerpo. 

Espero que la sastrería siga vigente, para mí tiene mucho valor histórico en la moda. 

Fotografías tomadas de Pinterest.com. Composición Gráfica: Carlos Ruiz F.