Revista En Femenino

Mi bebé de un año no me obedece

Por Pilarmartinez @Pilar_Mtnez

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Continúa la nueva temporada de la Sección El viernes, la Psicóloga responde en Maternidad Continuum. Hoy responde a la consulta Vanessa Burguillo y así se presenta ella misma:

Soy Vanesa Burguillo. Soy Psicóloga y Terapeuta Ocupacional. Mi vida laboral siempre ha estado ligada a la infancia y la discapacidad. He trabajado en diferentes proyectos como Monitora y Coordinadora de Ocio y Tiempo Libre, Preparadora Laboral, Orientadora Laboral, Maestra en PCPI…

Esta actividad la he compatibilizado con otra de mis pasiones, la formación. Soy cofundadora de la Escuela de Ocio y Tiempo Libre ZAPE donde en este momento ejerzo como  Directora y Formadora, formando a futuros Monitores de Ocio y Tiempo Libre.

Pero,  por encima de todo, soy mamá de dos niñas de 3 años y 8 meses y de otros 3 peques que decidieron no  quedarse mucho tiempo con nosotros. Y mi maternidad, que ha supuesto una revolución interior y un cambio en mi forma de concebir la crianza y la educación,  me  lleva, entre otros, a formarme, en diferentes espacios, en el acompañamiento respetuoso del crecimiento de lxs niñxs, y estar formándome, actualmente, como Asesora de Porteo “De Monitos y Risas”.

Consulta

Hola Pilar, antes que nada gracias por todo lo que compartes, en esta ocasión te pido ayuda para enseñarle a mi bebe de 1 año 3 meses a obedecerme un poquito, anda muy rebelde y me hace muchas rabietas, tengo una presión enorme de las personas que nos rodean por que me dicen que debo ser dura y me aconsejan inclusive pegarle para que me obedezca y yo NOOO quiero eso, pero entiendo que le debo enseñar limites y que debe entender que hay cosas que NO debe hacer, espero que me puedas ayudar, en verdad la estoy pasando dificil, gracias.

Respuesta

Hola

Muchas gracias por tu consulta. El tema que te preocupa, de límites y rabietas, es un tema que genera un gran debate, y que trae de cabeza a muchos padres y madres. También es un tema por el que continuamente nos sentimos juzgados en nuestro papel de padre o madre, como es tu caso. Por esto es normal que nos resulte, en ocasiones, complicado de manejar.

Pero también tienes cosas muy claras, como que de ninguna manera quieres pegar a tu bebé, así que ya tienes el camino algo avanzado.

Para empezar vamos a aclarar un término. ¿Realmente quieres que tu hijo obedezca? Según la RAE, Obedecer se define como “Cumplir la voluntad de quien manda”. Es decir, acatar lo que una persona con más autoridad ordena, independientemente de cual sea nuestra voluntad. Cuando enseñamos a un/a niñx a obedecer se lo estamos enseñando en cualquier circunstancia, es decir, siempre va a ser obediente ante una autoridad, su jefe, por ejemplo, y acatará las órdenes aunque éstas vayan contra su voluntad o deseo.

Y, por otro lado, estamos cortando su pensamiento crítico, por lo que no se planteará si la orden es adecuada o no, necesaria o no… simplemente la cumplirá. Por este motivo creo que es más correcto, y entiendo que es lo que tú quieres para tu bebé cuando realizas la consulta, el respeto a los límites o normas que existen en cada entorno, en lugar de la obediencia.

Los límites son necesarios para garantizar un entorno seguro y relajado para todas las personas que se encuentran en él. Éstos deben ser los mínimos posibles y claramente expresados.

A una determinada edad, diferente para cada niñx, ante el establecimiento de un límite, por ejemplo, surgen las rabietas. Es importante resaltar que las rabietas son una manifestación de la autoafirmación e individualización del niño o niña, que ya se reconoce a sí mismo como alguien diferente a sus padres y así lo expresa, negando lo que se le propone. Por tanto, todxs lxs niñxs, dentro de su desarrollo evolutivo, van a tener rabietas en su proceso de crecimiento. Y, como tal, después de un tiempo, cuando el lenguaje del peque, por ejemplo, le permite manifestar de otro modo las emociones que siente, las rabietas cesan.

Con las rabietas lxs niñxs no nos están probando ni nos están retando, están expresando sus emociones y su malestar.


Con las rabietas lxs niñxs no nos están retando, están expresando su malestar
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Una de las formas de actuar ante una rabieta es intentar evitarla. Si sabemos que pasar por delante de un escaparate y ver el juguete que quiere y que no le compramos desencadenará una rabieta podemos intentar ir por la otra acera. A veces tendremos que revisar también los límites que establecemos, para evitar rabietas. Puede ser que los límites no sean acordes a la edad del bebé o a su desarrollo. A veces, como ejemplo, queremos que niños muy pequeños recojan sus juguetes cuando los usan, cuando aún no están en la edad que les permite hacerlo, o que se coman una cantidad de comida excesiva.

Otras veces mantenemos límites “heredados” de nuestra crianza autoritaria. Por ejemplo, “No se puede saltar en la cama”, o “No te puedes levantar de la mesa si no has acabado de comer”. ¿Realmente, si no existe peligro, pasa algo porque nuestrxs peques pasen un rato de risas saltando en la cama?.

El ambiente relajado también nos permite evitar rabietas. Esto lo conseguimos sacando fuera del alcance y de la vista de lxs peques las cosas que no queremos que usen, con las que jueguen o coman. Por ejemplo, en lugar de tener que repetir que el jarrón no se toca o que no se comen chuches entre semana, mantendremos esto fuera de la vista y del alcance del bebé.

Otra forma útil de que las rabietas no se produzcan es anticipando al niñx lo que va a acontecer, por ejemplo: “dentro de muy poco nos vamos a casa, vete recogiendo tus juguetes del parque y despidiéndote de tus amigos”, en lugar de gritar de pronto “Nos Vamos” cuando el peque o la peque están inmersos en su juego.

Cuando se desencadena un berrinche NUNCA debemos ignorarlo o reprimirlo (lo que conseguiríamos pegando al bebé, por ejemplo). Tenemos que acompañar su malestar, estar junto a él y poner nombre a las emociones que siente: ira, enfado, frustración…

Pero, aún poniendo los medios para evitar las rabietas, éstas se producen. Cuando se desencadena un berrinche NUNCA debemos ignorarlo o reprimirlo (lo que conseguiríamos pegando al bebé, por ejemplo). Tenemos que acompañar su malestar, estar junto a él y poner nombre a las emociones que siente: ira, enfado, frustración… Debemos intentar ponernos en su lugar, expresarle, por ejemplo, frases del tipo:

“Entiendo que te apetezca seguir viendo estos dibujos que te gustan tanto, pero ya habíamos acordado previamente que sólo verías un capítulo más, así que es hora de apagar la tele”

Acompañando el malestar de nuestrx peque le estamos transmitiendo que nos importa, que le queremos, que entendemos que lo está pasando mal y que está muy bien que exprese sus emociones como sabe en ese momento.

Para solventar la rabieta podemos proponer pactos, buscar alternativas o utilizar la imaginación y la fantasía. En ocasiones personajes ficticios que les hablan funcionan muy bien.

Habrá límites en los que podamos ceder, y no pasa nada por hacerlo, no vas a malcriar a tu bebé ni se te va a subir a la chepa si lo haces, y límites en los que será imposible, y en los que no nos queda otra que acompañar el malestar del bebé y el berrinche si se desencadena.

Así que te animo a que sigas haciendo caso a tus sentimientos, y a defenderlos ante aquellos que te proponen “mano dura”.

Espero que te sirva mi respuesta.
Un saludo


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