Muchas veces los padres tienen una falsa percepción sobre el hábito intestinal de sus bebés, y en realidad, estamos ante "falsos estreñimientos" o variaciones fisiológicas "normales" de las deposiciones, que se pueden percibir como un problema pero realmente no lo son.
- En primer lugar es necesario saber que en un bebé amamantado puede considerarse normal desde la evacuación frecuente (incluso de 10 veces al día las primeras semanas, con heces blandas, semilíquidas o grumosas), hasta 15 o más días sin hacer deposición, siempre que no haya molestias, durante un periodo transitorio entre el segundo y cuarto mes de vida.
- Los niños que reciben lactancia artificial suelen tener un ritmo intestinal distinto con respecto a los que reciben leche materna, ya que la artificial favorece el estreñimiento. Cuando a un niño previamente amamantado se le da un biberón con fórmula las heces suelen hacerse más firmes y menos frecuentes, y no por ello estar estreñidos.
- En bebés pequeños son frecuentes los "pujos". Están un buen rato apretando, se ponen rojos, a veces incluso lloran, hasta que consiguen hacer deposición. Pero esta no es dura, si no que incluso líquida. A esta situación se le llama "disquecia del lactante". Esto se produce porque el bebé no consigue coordinar la musculatura abdominal con la relajación del esfinter anal externo. Es como si empujaran pero con la compuerta cerrada. El bebé tiene que "aprender" a hacer deposición, y coordinar estos movimientos, y a veces puede tardar unas semanas. Pero esto no significa que esté estreñido.