Una de las preguntas que me hacía Entre mis horas era por qué había empezado a escribir un blog. Qué casualidad. El mismo día en el que, por primera, vez había pensado “Qué bien que tengo el blog”.
Ingresaron a mi padre en la UVI el lunes. Como no vivo en la misma ciudad que mis padres, todo es más complicado. Los niños y mi marido se han quedado en Madrid. En realidad, sólo han pasado dos días, pero han sido muy intensos. Han ocurrido cosas buenas y malas. Está siendo duro. Para mi padre, para mi madre y para todos.
Mi blog. Qué bien que lo tengo. Desde que he llegado aquí, escribo todos los días. Lo necesito. Escribo sobre zapatos feos, sobre los blogs que sigo o sobre mi película favorita. Es mi terapia. Mi válvula de escape.
Hoy ha sido un día largo en el hospital. El tiempo pasa muy despacio entre esos muros. Mañana volvemos. Aquí estaremos. Mi blog y yo.