Escribo cuando quiero encontrarme a mi misma, cuando quiero encontrar encontrar en sorpresas en el universo de algún lector perdido o conectarme con alguien, cuando no tengo muy claras mis ideas y tacho, acomodo, estilizo y ejecuto.
Escribir es mi forma de entregar lo que soy, de entregar mi pasión, mi energía, de eso que me mueve.
Escribo desde que tenía unos 10 años (aunque aprendí muchísimo antes no crean) eran cartas muy sinceras llenas de dolor y decepción, dirigidas a mi papá por habernos abandonado y se las hacia llegar con la promesa de nunca perdonarlo, aunque comprendí con el tiempo que no necesitaba mi perdón, sino perdonarse a sí mismo.
Al tiempo que escribía me gustaba leer, supongo que fue así como por consecuencia gané el concurso de ortografía del colegio y sentí por primera vez que era buena para algo.
Cuando tenia unos 12 años empecé un diario, por no sentirme tan sola y compartir con alguien las cosas que me pasaban (así ese alguien fuera yo misma leyendo lo que yo misma escribía) porque a decir verdad no tenía la valentía, seguridad o simplemente la confianza para hacer esas cosas con mi mamá y al día de hoy me cuesta mucho lograrlo. Esa iniciativa se perdió cuando por accidente botó a la basura esos pensamientos que confundió con cuadernos viejos, o eso es lo que quiero pensar.
Algunos años más tarde esos pensamientos se metamorfosearon como el bicho repulsivo de Kafka en mi cabeza, revelándose en cartas y notas cursis que terminaban con la frase insostenible y sentenciosa, digna de una muchachita irracional y terca: ” te amaré por siempre”.
Si pudiera regresar a ese momento, me miraría a los ojos y me diría dulce pero profundamente “ámate tú primero”.
No todo es tan malo, cuando entré a la universidad, escribía ensayos, investigaciones, planeaba entrevistas y cosas por el estilo. Sigo pensando que estudiar comunicación social es de las mejores experiencias que he vivido.
Conocí un ser humano único y muy singular que me retornó al mundo de las letras. Con una lujuria muy romántica, un misterio muy científico y una filosofía muy racional y objetiva, me mostró entre sus contrastes el camino de regreso a esto, a inmortalizarme entre lineas.