Mi Checklist del confinamiento

Estos días me sigue apeteciendo compartir contigo reflexiones y aprendizajes derivados del impacto que ha tenido en mi rutina la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. En este caso te voy a contar como uso un Checklist en particular.

Por un lado, me preocupa —como creo que nos pasa a todas las personas— el impacto económico y social que va a tener esta crisis. Los datos no son muy alentadores. 

Pero por el otro, no puedo dejar de pensar en las oportunidades que nos brinda para hacer las cosas mejor a partir de ahora.

De hecho, estoy convencido de que si tod@s, a todos los niveles, nos propusiéramos honestamente hacer caso de los aprendizajes, y esforzarnos para cambiar, el futuro sería mucho mejor. Pero también sé que esto es extremadamente difícil, por no decir imposible. El establishment no está para cambios, más bien lo contrario, el cambio lo vive como una amenaza —por eso mismo se llama establishment

—

Pero bueno, voy a dejar de divagar y regreso a mi círculo de influencia donde efectivamente yo sí puedo actuar para que los cambios permanezcan.

Por eso mismo me he propuesto que las buenas costumbres que he ido implementando durante el confinamiento permanezcan más allá de este. En el anterior post te contaba algún descubrimiento que he hecho, y en este otro, Marta Bolívar también te cuenta cómo ha vuelto a escribir poemas como ejemplo de efecto colateral positivo de esta situación.

Es cierto que tengo también días muy malos donde estoy de un mal humor que ni te cuento —pregúntale sino a mi familia—; no todo es un camino de rosas, ni quiero que lo parezca. Pero sí que es evidente que en algunas cosas «no hay mal que por bien no venga».

Así pues, con la ayuda de GTD® me he propuesto convertir estas prácticas en hábitos. En concreto, he diseñado un Checklist para reflexionar durante la Revisión Semanal. 

En este Checklist he puesto esos comportamientos que me gustaría conservar una vez termine todo esto. Son prácticas que, a pesar de que siempre he sido plenamente consciente de sus efectos positivos, no he logrado nunca llevarlas a cabo de manera sostenida. 

Y, ahora, efectivamente —de manera más o menos regular— las he empezado a implantar. Todas ellas de las —frecuentemente desatendidas— áreas de responsabilidad salud y familia.

Checklist

• Practicar diariamente de 40 a 50 minutos de ejercicio de intensidad media.
• Realizar las 5 comidas diarias, comiendo menos en cada una de ellas.
• Descansar y desconectar unos instantes después de la comida.
• Programar las comidas familiares semanalmente y hacer la compra racional y acorde a este plan.
• Dedicar —de manera consciente— un rato a una alguna actividad familiar.
• Dedicar —al menos— 30 minutos a leer, aprender o investigar algo que me motive.

Y es, durante la Revisión Semanal —una vez me he puesto al día— que dedico unos instantes a reflexionar sobre los elementos de este Checklist y las tendencias en cada uno de ellos durante los últimos días. De esta manera, o me felicito si la tendencia es buena o me reto a hacer algo diferente si he flojeado.

Photo by Georgie Cobbs on Unsplash

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