Seguí estudiando en la escuela y las cosas cada vez se iban complicando más pero al mismo tiempo aprendía mucho. Había pasado mes y medio desde que había llegado a Japón sin conocer el idioma y poco a poco había aprendido bastantes frases para desenvolverme en mi vida diaria.
La introducción de los kanjis fue bastante dura, cada día aprendíamos 6 kanjis nuevos y cada día teníamos examen de los kanjis del día anterior que se iban acumulando con los íbamos aprendiendo.Estudiar para el examen de kanjis cada mañana era de lo que mas recuerdo, cada mañana mientras tomaba café en el Excelsior Café o en el Mcdonalds de Ikebukuro sacaba mis fotocopias de kanjis y me ponía a estudiar.
Mis fotocopias de kanjis
En mi clase los alumnos entraban y salían del curso, algo que me hizo darme cuenta de que la empresa que me había gestionado mis estudios desde España no tenían ni idea cuando me hablaron del curso. Me dijeron que tenía que hacer 3 meses como mínimo al ser novato en japonés algo que estaba comprobando que no era así. Algunos se iban a las dos semanas, otros entraban a medio curso, al final era un poco caótico.
Uno de los que entro fue un hombre de Tailandia llamado Yo, supongo que era un diminutivo, aunque nunca dijo su nombre completo. Se sentó a mi lado varias veces, básicamente porque no venia todos los días. Era bastante hablador y en los descansos siempre venia a hablar conmigo. Me contó que tenía una empresa para enviar estudiantes de Tailandia a diferentes países para aprender el idioma, había estado en Australia cerrando tratos con escuelas y ahora estaba en Japón para hacer lo mismo.
Yo era un tipo bastante peculiar, siempre que tenia comida me la ofrecía, incluso un día aprovecho un descanso para ir al Mcdonalds me trajo una hamburguesa para mi. Era muy simpático y hablábamos bastante pero tenia algo que me daba desconfianza. Me contó que tenía novia en Japón y que ella trabajaba mucho y que apenas tenia tiempo para estar con ella algo que le irritaba, con lo que se había buscado una segunda novia para pasar el tiempo libre.Me contaba los tratos que hacia con empresarios japoneses, y como los cerraba en locales de hostess en Kabukicho. Me partía de risa con sus historias.
Después de insistir varios días al final cedí y le acompañe un día a comer comida tailandesa, ya que el siempre me decía que tenia que probarla. Me llevo a un pequeño restaurante de un centro comercial en Shinjuku. Conocidos mis problemas con las comidas picantes le dije que quería lo menos picante y me lo trajeron, evidentemente era muy picante, a pesar de que el me decía que no. Luego trajo a su segunda novia y me la presento como tal con el beneplácito de la chica. Ese día pase una mala noche por culpa del picante.
Yo dejo de asistir a las clases y cuando volví a contactar con el me comento que el no quería aprender kanjis ni gramática sino solo conversación, como lo que hacia con su segunda novia. A pesar de que me envió un mail diciéndome que volvería a la escuela , no volvió mas y nunca mas volví a saber de el.
Continuara