Andando, andando.
Que quiero oír cada grano
de la arena que voy pisando.
Andando.
Dejad atrás los caballos,
que yo quiero llegar tardando
Andando, andando…
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy rozando.
Andando, andando…
¡Qué dulce entrada en mi campo,
noche inmensa que vas bajando!
Andando.
.Mi corazón ya es remanso;
ya soy lo que me está esperando
Andando, andando…
y mi pie parece, cálido,
que me va el corazón besando.
Andando, andando…
¡Que quiero ver el fiel llanto
del camino que voy dejando!
El amor es, entre tú y yo,
tan impalpable, tan sereno, tan en sí,
como el aire invisible,
como el agua invisible, entre la luna
del cielo
y la luna del río.
Voy a estar allí, dónde tú estés. En el exilio, remanso de las horas bajo el sol templando los segundos, en las páginas, las letras, el murmullo del viento acariciando tu ventana, en la quietud reverente del encuentro acariciando perlas de interno sentimiento en la casa de Dios, al atardecer… Voy a estar allí, donde tú estés, y no has de notar mi presencia.
Seré quién en silencio acompañe tu tiempo, quién se tome de tu brazo para descender la cuesta hacia el arrullo del mar y ser sal en una lágrima perdida en la arena.
No seré agobio, ni una sombra, voy a estar, en este intenso apego que te nombra, y parta hacia tu luz.
M.G.
Lluvia de Bendiciones para Ti.