Sigue…
Como ya escribí hace algunos días, me hallo en un momento crucial en mi vida. Y tengo el privilegio de saber qué importante lección debo aprender ahora, en este momento de mi vida. Tal vez por primera vez, debo seguir aprendiendo a vivir mi propia y mágica vida y, sobre todo, aprender a confiar en ella, pues sabe más que yo de mí mismo. Y eso no es fácil, pues desde muy niño aprendí a intentar controlar mi vida, cada día. Supongo que como todos. Y hoy la vida ya no me pide que confíe en mí mismo solo, sino que también confíe en que ella me llevará -paso a paso- hasta donde deba llegar, simplemente fluyendo…
Para una persona como yo que ha crecido -como todos- gracias a las dificultades y a los retos superados, dejarse llevar por la vida da vértigo y, por qué no admitirlo, también miedo! Tal vez lo único que tengo claro es que, hasta ahora y siendo un simple superviviente que reacciona como sabe y puede ante los avatares de la vida, no he logrado -como pensaba y muchos aún piensan- llegar a vivir la vida plena que quería y siempre había soñado. Ni que decir tiene que mi vida aún depende demasiado de las circunstancias externas de mi día a día y no tanto como quisiera de lo que siento dentro de mí. Aunque el Alma ya guía mis a ratos torpes pasos por esta vida, de vez en cuando me tambaleo como aquel niño que está prendiendo a andar por primera vez en su vida. Solo falta que algo se mueva y/o se desmorone en mi vida ordinaria, para que me sienta vulnerable como el simple y eterno aprendiz de la vida que soy, cada día…
Cualquier recorrido o travesía, por larga que sea, siempre empieza por un primer paso. Y el primero en la vida es darte cuenta de que eres siempre más frágil de lo que crees y que la vida es quien manda siempre en tu propia vida, aunque cambie cada día. El segundo paso tal vez sea darte cuenta de que debes aprender a confiar en tu propia capacidad para andar, paso a paso, hacia donde deseas, hacia tus sueños. Y el tercero, que una vez hayas empezado a andar de esa manera, debes aprender a confiar en que la vida será -en última instancia- la que te traerá todo lo necesario para aprender a vivir todo aquello que realmente mereces. Si a esto le añadimos que no sabemos cuánto tiempo viviremos, eso invita a andar día a día sin parar desde ya y esperar que la vida haga el resto…
En el propio camino hallas todo lo necesario para seguir andando y, a la vez, aprendiendo a andar mejor por tu vida. Así, aparecen personas o situaciones inesperadas que te dan pistas sobre cómo seguir andando, por lo cual debes estar bien atento. Esas personas tal vez han llegado a tu vida para ayudarte a dar un nuevo paso. Y así descubres que están aquí, contigo, solo para ayudarte y ayudarles tú a ellas. Jóvenes o viejas, qué más da si te enseñan lo que debes aprender, a cada momento! Todos andamos el mismo camino, aunque de diferentes maneras! No hay maestros ni alumnos, sino personas que, como tú mismo, andan su propio camino y necesitan compatirlo contigo para crecer. Y agradeces a la vida su inesperada aparición, así como a ellas el haber aparecido en el momento oportuno. Alguna compartiendo silencios o ausencias, otras, diciéndote aquello que ya estás preparado para oir y entender de tu propia vida. Y empiezas así a sentir que la vida -y todos y todo lo que hay en ella- es mágica. Y abandonas poco a poco esa sensación de aparente control y falsa seguridad que nos aletarga, haciendo que, tal vez por primera vez, confíes ya en la vida y en el amor que hay en ella! Y es entonces cuando reconoces que ese amor -y la consiguiente felicidad que trae consigo- es precisamente el camino hacia lo que siempre habías soñado para tu nueva vida!
Etiquetas: amor, felicidad, vida