Soy una fan del colecho. Defensora que es una maravillosa manera de dormir en familia. Hace ya mucho que contaba que en mi cama somos 4. Como familia fuimos descubriendo el colecho por necesidad, no fue una elección hecha previamente.
Mi hija mayor dormía mal, muy mal. Nosotros intentábamos que durmiera en su cuna, pero conseguirlo era de milagro. Algo así como la ilustración de Super single mami:
Como la naturaleza es sabia, muchas veces el cansancio y la falta de energía nos hacía dormirla en brazos, y las siestas matutinas las dormía en nuestra cama. Al final, y con lo que le gustaba el balanceo, siempre se quedaba dormida en brazos, pero dejarla en la cuna era misión imposible. ¿te suenan esas frases de “en brazos no que se acostumbran” o “si la dejas dormir en tu cama no la sacarás nunca” Bueno…pues uno se las cree inconscientemente y venga a probar al cuna… la suerte que tuvimos entonces es que nuestro piso era tan chiquitito que su cuna estaba en nuestro cuarto, y conforme fue creciendo, si dormía dándole la mano, era todo más fácil. Ilusos de nosotros cuando tenía dos años intentamos que durmiera en su cuarto, y terminamos adecuando el nuestro para hacerle un espacio a su cama, lo que se llama co-sleeping. Y, por fin, dormimos toda la noche. Después de 2 años y medio, por fin dormimos noches completas, con el permiso de la segunda nueva integrante de la familia. Pero el colecho, la mayor, lo descubrió grandecita, cuando tenía las habilidades para trepar a nuestra cama al despertarse.
La pequeña, ha dormido con nosotros desde siempre. Los primeros meses dormía en un moisés, pero desde los 6 meses comparte cama con nosotros. Y a mi, personalmente, me encanta, y no he dejado de repetirlo. Me encanta que se duerma abrazada a mi y sentir como se va quedando dormida (me gusta tanto que el 90% de los días yo también me quedo dormida) y me gusta tanto o más cuando se despierta y me acaricia la cara mientras se acurruca para irme despertando.
¿y qué me dices de esa reacción hormonal o de olor o ves a saber de qué, que hace que cuando yo me voy a dormir,
las dos rueden, dormidas, a pegarse a mí?
Estos años de colecho no han sido un camino de rosas, ya conté en su día que la pequeña, a pesar de las múltiples barreras y protecciones, se ha caído en varias ocasiones; y cuando le quitamos el pañal de noche, varias noches amanecimos ambas empapadas. Pero hemos dormido tan bien…. comparo los primeros años de la mayor con los de la pequeña…y el colecho (y la habitación compartida) nos han salvado el sueño!
Cada niño es un mundo y además la peque es buena para dormir y hasta ahora ha dormido siempre bastante quieta, pero desde luego mi opinión hacia el colecho siempre ha sido muy positiva, una opción que recomiendo sin dudarlo y que a mi personalmente me encanta. Hasta ahora.
Así dormíamos de bien hasta hace poco. Esta imagen de Mi cucolinet lo describe casi con exactitud. Pero….
Desde hace unos meses hasta ahora, a la pequeña de las terremoto le ha dado por dormir cruzada. Y nunca antes había hecho algo así. Yo me empeño en cambiarle el sentido del dormir y ponerla con la cabeza en el cojín, y a los pocos minutos está completamente cruzada. Esto no sería problema, porque la cama es grande, si no fuera porque además, ella necesita dormir con alguna parte de su cuerpo pegada a mí. Necesita y busca el contacto piel con piel, con su mano o con su pie, y si no lo tiene, no duerme tan tranquila.
Eso quiere decir que despierto a media noche con un pie masajeándome la cara, o que a media noche recibo patadas en los riñones (porque masajea con los pies pero con fuerza! yo no sé si sueña que está practicando ciclismo o karate!) Me pide perdón en sueños, si me quejo, pero las patadas que me pega….serían algo parecido a lo ilustrado por Esther Gili en 39semanas, solo que a su padre ni lo toca porque no duerme en medio, y con el tamaño de una niña de 4 años. Una delicia, vamos.
Y yo que me desplazo hacia el otro lado de la cama, robándole espacio al padre de las criaturas, y ella que me sigue para presionarme con los pies! Pegadita a su mamá como esta imagen de Oh Mercy!
Y si le doy la espalda o me duermo boca abajo, como no encuentra nada blandito que empujar, esconde sus pies debajo de mi y empuja para me dé la vuelta. De verdad, no son cosas mías, ella empuja que te empuja hasta que me doy la vuelta y ahí, se queda tranquila.
Y todo esto dormida!!!
Y así pasamos las noches, en las que quedarse dormida con ella en mis brazos alimenta mi amor por el colecho, pero despierto completamente desenamorada de las consecuencias nocturnas…además de adolorida o con la sensación de no haber dormido nada de la cantidad de vueltas que he dado, o se ha dado. He terminado hasta yo durmiendo cruzada, por aquello que ella se apoye en mi con la mano y no con el pie. A veces funciona…a veces se vuelve a girar, o se queja porque no me encuentra donde ella cree que estoy.
Esto del colecho con niños que van creciendo, es toda una nueva aventura…
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