Revista Educación

Mi día sin cáncer

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Mi día sin cáncerDe mama, el 19 de octubre. De pulmón, el 17 de noviembre. De piel, el 12 de junio. De colón, el 28 de marzo. De ovario, el 8 de mayo. Podría seguir, pero creo que ya lo habéis pillado. Cada cáncer tiene su día. Yo siempre me pregunto qué día tiene cada enfermo. El mío es el 20 de junio. El día de la operación. Mi día sin cáncer.

Seguro que otras personas tendrán otro día. El día que finaliza la quimioterapia o la radioterapia. El día que te reconstruyen el pecho o te haces un tatuaje para sembrar belleza en la ausencia. El día que, después de cinco años de revisiones, te dan el alta definitiva.

Si siguiese siendo periodista, haría ese reportaje. Se llamaría Mi día sin cáncer. Así. Y trataría de ese día que no tiene por qué ser el peor, ni el mejor, pero que para cualquier enfermo es el definitivo, ese día en el que sabes que no hay olvido, pero sigue habiendo vida.

¿Cuál fue tu día sin cáncer?, preguntaría. Seguro que cada persona daría una respuesta íntima o emocionante. Seguro que habría un buen puñado de historias. Quizás alguno de mis amigos, los que no se han rendido o no los han echado, recoja el guante y construya un buen reportaje.

Pensaba en todo esto después de leer una información sobre cómo se trata esta enfermedad en el cine. Mal o medio mal, la verdad. No pude estar más de acuerdo con el subtitulo. “Las películas tienden a abordar la enfermedad desde el melodrama, olvidando la vida cotidiana del paciente; y la mayoría de las veces con un desenlace fatal, que no coincide con la realidad”.

Poco más que decir. No. Un momento. Para finalizar este post merece la pena leer las palabras de Nieves en la red social que ha creado la Asociación Española Contra el Cáncer. Me atrevería a decir que este es su día sin cáncer: “Hola a tod@s, amigos!!! Quería compartir con vosotros mi alegría. El lunes pasado hizo cinco años que me operaron de un cáncer de cérvix, y cada vez que pienso lo que he pasado y que han pasado ya cinco años desde mi enfermedad, me emociono. Estos cinco años han pasado volando y aunque no hay día que pase que no me acuerde que he tenido cáncer, el pánico que sentía a la recaída ya ha pasado. Los nervios en cada revisión siguen estando ahí, pero ya no es miedo. Así que, a tod@s los que estéis en estos momentos luchando, mucho ánimo y que todo pasa y al final es solo un recuerdo. Un abrazo y muchos besicos”.


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