Revista Opinión

Mi Duelo

Publicado el 22 noviembre 2019 por Carlosgu82

En algún momento de nuestra vida terrenal, nos llega, como un suceso, la muerte de un ser querido.

Hacen once días, hoy, perdí al más querido de mis amigos, la persona que compartió y me brindó los mejores momentos de su vida, aquel que sin importar el cansancio o la enfermedad, estaba dispuesto a servir, a alegrar la vida de los que formamos parte de su círculo.

Cada individuo trata de sobrellevar el proceso del duelo a su manera y con un abordaje propio y diferente. El dolor del duelo es un proceso difícil y complejo, que va de forma lenta y el que el individuo busca sus propios medios para mitigar esta pena.

La muerte es algo con lo que tarde o temprano debemos lidiar, tenemos que enfrentarnos a este dolor, pero debemos aprender de él y organizar nuestra vida interior.

Este trance nos debe llevar a meditar y tratar de valorar en vida a aquellos a quienes queremos, a brindarles todo el apoyo necesario en sus momentos difíciles, a quererlos y a protegerlos mientras lo puedan ver, sentir, escuchar y valorar.

Llorar, castigarse y culparse después de la muerte  cuando  en vida no hicimos nada por los seres que amamos, no sirve, es como cantarle serenatas al mar.

Vivamos y brindémoles ahora en vida, tributos y lo mejor que tenemos a aquellos que amamos, un «te quiero», «un te amo», una sonrisa, son cosas que no cuestan nada y que podemos ofrecer a diario.


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