Revista En Femenino

Mi embarazo: semana 14

Por Lectoraprofeymama

Las semanas están pasando muy rápido. Parece que fue ayer cuando esperaba ansiosa la llegada de la semana 12, ¡y ya estoy de 15 semanas! Empiezo a perder la cuenta y tengo que pensar un segundito cuando me preguntan. Os hago un resumen de los cambios durante la semana 14, que han sido muchos:

Mi embarazo: semana 14

Imagen tomada de babycenter

 Nuestro bebé: en la semana 14 mide unos 9 centímetros y pesa unos 43 gramos. Hasta ahora era más bien cabezón, pero en estas semanas empieza a crecer el resto de su cuerpo (aunque confieso que lo que a mí me llamó la atención fue su barrigota). En esta semana empieza a verse su cuello y sus brazos se alargan hasta quedar más proporcionados con el resto de su cuerpo (y la semana 15 lo hacen las piernas). Los músculos de su cara están más desarrollados y las conexiones cerebrales empiezan el «modo prácticas», por lo que hace muchísimas muecas. Además, empieza a crecerle el lanugo, un vello muy fino que cubrirá todo su cuerpo durante el resto de su vida uterina.

 Se redondea la barriga: no noto aumento de tamaño, pero sí cambios en la forma que lo hacen más evidente. Sigo teniendo cintura, pero muy leve, ¡con la cinturita de avispa que yo tenía! La barriga se está redondeando, y me pasa a veces que me molesta la ropa sobre ella, por ejemplo el elástico del pijama, que me coloco por debajo de la barriga para estar cómoda.

 Piel estable: tras esos primeros granitos, parece que todo está bajo control.

 Pelazo: llevo ya cuatro meses sin teñirme, y aunque no se ve raro porque eran baños de color y se ve degradado, tengo las puntas rojizas y las raíces castañas. ¡Pero aún así mi pelo se ve precioso! Tiene volumen, buena caída, ¡me sienta bien! No echo de menos a mi peluquero.

 Se hace saber…: comenté mi situación en el trabajo y, como esperaba, se alegraron por la noticia. Al fin y al cabo a ellos no les afectará mi parto ni tendrán que cubrir baja por maternidad. Aún así, me comentan que es probable que me quede bastante más tiempo del previsto: ya he cumplido un mes, que fue lo que hablamos en principio, y es probable que termine este curso con ellos.

 Look premamá y arreglo de armario: por fin le he metido mano a mi armario, aunque con poco éxito. De momento, he apartado algo de ropa para regalar (poca) y he guardado toda la que no me queda ni me va a quedar bien en los próximos meses. Para evitarme trastornos, he dejado el armario con ropa de invierno y verano, pero que permita una barriga grande o mediana, apta para el embarazo y los primeros meses del posparto. La idea es no tener que arreglar más el armario hasta enero. ¡Y el armario está casi vacío! He hecho algunas compras que no son estrictamente premamá, pero que suponen en mí un cambio radical de estilo: dos pares de bailarinas (coral y turquesa), unas botitas planas de entretiempo (azul marino) y dos pares de leggins de tela vaquera, bien elásticos y talla grande, unos color vaquero oscuro y otros turquesa. ¡El cuerpo me pide estar cómoda, pero no quiero sentir que estoy en chándal o con la ropa de mi marido!

 Pinchazos en el vientre: me he asustado un poco, porque he empezado a sentir algunos pinchazos en el vientre, en la zona más próxima a la ingle, especialmente por la tarde-noche. Lo he consultado con la matrona por teléfono y me dice que es normal, que es mi útero estirando los ligamentos (al principio del embarazo se sentía dolor como de regla, en el segundo trimestre son más bien pinchazos o calambres), pero que si me molesta más a última hora es buena idea que intente descansar lo más posible para evitar problemas. Que escuche a mi cuerpo cuando me pide bajar el ritmo y descansar.

 No aumento de peso: ansiosa por seguir notando en mí evidencias de mi embarazo, me resulta frustrante ver cómo mi peso no aumenta. Recuperé lo perdido, sí, pero estoy pocos gramos por encima de mi peso al inicio del embarazo: 57,4. ¿No debería haber engordado ya al menos un kilito? Supongo que el exceso de trabajo tal vez impide que engorde, y mis raciones no son excesivamente abundantes, pero a mí no me apetece comer más de lo que como. ¿Debería esforzarme para aumentar las calorías?

 Hablo con mi bebé: ha surgido sin más, pero así ha sido, de repente, he empezado a aprovechar el trayecto en coche hacia el trabajo para apagar la radio y charlar con él. Le cuento ilusiones, le hablo de la ecografía y cuándo haremos la próxima, le hablo del futuro, le canto mis canciones favoritas… Creo que aún no me escucha, pero se ha vuelto un momento muy especial para mí.


Archivado en: Embarazo
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