Mi decimoctava semana de embarazo empezó siendo un infierno, literalmente, pues la ola de calor no me dejaba ni dormir por las noches. No dejaba de pensar en mi amiga, embarazada de 31 semanas, en cómo lo debería estar pasando. Por suerte, empezó a refrescar a mitad de semana y conseguí descansar un poco.
Hoy os cuento como me he sentido a lo largo de esta semana pasada.
- Aplatanamiento
Es lo que tiene el calor. Me he convertido en una especie de ameba sudorosa. Solo pienso en bañarme en la playa o en una piscina, pero ahora mismo no puedo, pues me han quitado una verruga de la cara y tengo que evitar el sol hasta que se caiga la costra, y después, factor 50+ a tutiplén. Toca esperar y conformarse con toallitas de bebé para refrescarse o la ducha.
- Dolor tipo tirón
Ya no solo en el bajo vientre, sino también en plena pared abdominal. Me voy notando como si me estirase la barriga un montón, y aunque no veo que haya crecido significativamente en las últimas semanas, supongo que va poco a poco.
- Dolor tipo regla
Y yo que pensaba que no iba a experimentarlo más, pues me equivocaba. Supongo que fue debido a que el útero pegaría un estirón fuerte, pero el viernes por la tarde, durante 5 escasos minutos, me dio un dolor intenso muy reglil, bajando por las piernas y extendiéndose por las lumbares. ¿Me asusté? Pues un poco, pero como no ha dejado de doler durante todo el embarazo, tampoco fue tanta novedad.
- Ascos a mis comidas favoritas
Los ascos siguen ahí, sin dejarme comer todo lo que yo quisiera.
- Pechos
El otro día me di cuenta que mis pezones, además de cambiar de color a más oscuro, han cambiado de forma. Son más grandes y amorfos, la verdad. Por otro lado, también he visto varios días que tenía como algo seco alrededor. No parecía piel, porque me hidrato como nunca y no estaba enganchado, sino más bien suelto, y se me ocurrió pensar “¿será calostro?”. Ni idea.
- Flujo
Sigue siendo abundante, con una textura bastante fluida y a veces blanquinosa, a veces transparente. Me quedo con lo que me dijo la ginecóloga “mientras no tengas síntomas extraños como picores, el cambio del aspecto del flujo es totalmente normal”.
- Dolor de lumbares
Siguen doliéndome mucho por las mañanas. Cuando me levanto intento estirar con mucho cuidado la espalda, y me duele. Me duele mucho. Me asusta como puede ir evolucionando este tema. Mi espalda es muy delicada.
- Tránsito intestinal
Esta semana he tenido diarrea dos veces. A principio y a finales de semana. Lo achaco al calor y a que tengo el estómago girado. El resto de días, todo perfecto.
- Sensibilidad
El otro día maridín se mosqueó porque, por tercera vez consecutiva, le había traído los melocotones que no eran. Me pillé un berrinche… ojalá todos los problemas fueran los melocotones ;)
- Ganas de hacer pipí
Sigo levantándome cada noche a hacer pis, y me meo con mucha frecuencia, aunque la cantidad sea minúscula.
- Dolor de muñecas
La semana pasada os contaba que me dolían los tobillos, pues esta semana ha sido, sobre todo, la muñeca derecha. Al escurrir el trapo de la cocina me he hecho daño y todo.
- Tobillos hinchados
A veces los tobillos, a veces los tobillos y los pies, a veces nada. No tengo mucha queja sobre los pies, pero de vez en cuando me miro y veo que los tobillos han desaparecido. Sentarme con las piernas en alto es la mejor solución.
- Piernas cansadas
Me pesan al andar, incluso podría decir que a veces hasta duelen, pero es bastante soportable. Un chorrito de agua fría me viene estupendamente.
Y eso es todo. Hoy cumplo 18 semanas, y empiezo a estar ansiosa por la ecografía de las 20 semanas, que la tengo el día 27, exactamente en 2 semanas. Me muero de ganas por ver a Bolita de nuevo y saber que todo está bien.
Estoy empezando a acostumbrarme a tener barriga, y noto que me la acaricio todo el rato, pero porque noto que tira y me molesta. También he empezado a hablarle a Bolita, me dirijo a él y le llamo cosas como “mi amor”, “mi vida”. A veces me quedo de pie mirándome la barriga y se me cae una lagrimita.
He empezado a organizar mentalmente su habitación, aunque hasta septiembre no empezaremos la logística y las compras. También proyecto cómo será el momento en que entremos en casa con él y la perra venga corriendo a conocerle. Aunque mi perra sea sorda, también le hablo a ella y le pregunto “estás preparada para lo que viene? vas a dejar de ser la mimada de casa!”. Ella me mira con cara de póker, y poco más, jeje.
Maridín está feliz como nunca. Me besa la barriga y veo que poco a poco tiene menos miedos, porque aún tiene muchos, incluso más que yo. Y me cuida. Aunque me eche la bronca por equivocarme de melocotones 3 veces seguidas, luego se da cuenta de que últimamente me falta un hervor y viene a consolarme.
Estamos intentando disfrutar al máximo esta etapa, aunque nos morimos de ganas de conocer a Bichito (deja de ser Bolita y evoluciona a Bichito).
Podéis ver aquí los síntomas de la semana 17 de embarazo.