Revista Moda

Mi empresa handmade

Publicado el 07 diciembre 2014 por Patchyo

Le he puesto al post el título de Mi empresa handmade en honor y agradecimiento a Deb por su guía Tu empresa handmade. Quizás conoces a Déborah Marín por su blog OyeDeb o por su anterior proyecto, Dumbo. Yo la sigo desde hace tiempo, al principio solo porque me gustaba leer sus artículos. Más adelante empezó a serme de utilidad lo que contaba sobre el mundillo del handmade y del mercado de productos creativos. De tanta utilidad que empecé a plantearme cuestiones sobre mi propia actividad y sobre lo que quería hacer con ella.

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Cuando lanzó su guía a la venta, ni me lo pensé y me la compré con muchas ganas de aprender lo que tenía que contarnos. Leí sobre temas de los que no tenía ni idea, como el de gestionar el dinero cuando tienes mentalidad de artista, sobre el (buen) uso de las redes sociales, lo buena y mala idea que es vender en tiendas, cómo ser feriante sin morir en el intento, o el mundo infinito de las tiendas online. En breve va a sacar una reedición reformada de la guía, así que si te pica el gusanillo aquí la puedes conseguir.

Para que veáis que soy muy fan, también le he comprado a Deb su curso Mi diario y esta bolsa tan chula pero en negro y rosa. Esto no es publicidad, pero a lo mejor me cae una copia de la nueva edición de la guía, por ser clienta enchufada

;)

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En los estudios de arte en la universidad, al menos en mi época, aprendíamos a crear, a ser críticos, pero de vender tus creaciones no se hablaba. Vender era tabú. Vender era lo peor. Todos queríamos llegar a ser algún día artistas de prestigio y que nuestras obras se cotizasen lo suficiente para vivir del cuento, digo del arte ^.^ Pero de negociar con galeristas, promocionarte, presentarte a concursos, buscar clientes, de eso nadie hablaba. A mí todo ese mundo siempre me ha dado una pereza tremenda y una vez que dejé de creerme los cánones y la oficialidad del arte contemporáneo, que hacen que el mercado funcione para unos cuantos, aún más.

Hasta que descubrí, gracias a gente como Deb que hay otras formas de hacer las cosas. Otras formas de encontrar arte en el mercado que va más con mi carácter y con lo que quiero yo en mi vida. Todo esto puede sonar muy ingenuo, ¡como si hubiera descubierto la pólvora a estas alturas! Sé de sobra que hay diversos mercados, y clientes y artistas para cada uno de ellos… La cuestión es que ahora he visto un camino por el que transitar, sin misterios, con posibilidad de encontrar información y de formarme. De hecho, a partir de TEH, llevo un tiempo haciendo cursos, con muchas ganas de aprender cosas. Esta última parte del año está siendo más de formación y reflexión que de creación.

A pesar del título con el que he abierto el post, por ahora no tengo intención de crear una empresa, ni de handmade ni de ninguna otra cosa. Ya sabes que dedico la mayor parte de mi tiempo a ser profesora, así que el cupo de obligaciones, de horarios y de responsabilidades ya lo tengo cubierto. Pero sí que me apetece ser yo la que controle un poco más cómo llegan mis obras textiles al público. Hasta ahora he estado trabajando sobre todo para uso personal, experimentando y vendiendo las obras de tú a tú, a gente que ha llegado a mí a través de alguien común. Algunas veces también he trabajado por encargo, para clientes que han visto alguna de mis piezas y que han querido una similar para ellos. Pero ahora me apetece probar un camino nuevo.

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Como ya veo que el domingo se acaba y post se está alargando mucho, voy a dejar el resto para otro día, en el que te puedo contar el camino que ha seguido una ilustradora americana que también sabe mucho de estas cosas.

¡Feliz final de puente!


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