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Soy de estatura promedio tengo cintura pequeña, piernas con caderas pronunciadas y nalgas redondas, mi busto es mediano y bien formado y soy muy caliente y zorrita. Descubri un gusto especial por los hombres mayores entonces me aventure a encontrar algo de diversión con ellos.
Entre a una aplicación de citas y busque hombres mayores de 50 años. Entable conversación con varios de ellos pero uno en particular me lleno de ansias de probar.
Hablamos por varios dias, conectamos en gustos e intereses y el deseo en mi crecía. Una noche decidí finalizar nuestra conversación con una insinuante fotografía en la que lucia un pequeño panty que marcaba mi trasero y mi rajita. Como respuesta tuve un mensaje en el que este hombre fue tan explícito que hizo inevitable acudir a mis manos para satisfacer la humedad que causó;eso no lo supo sino hasta el dia siguiente en el que le conte todo lo que me hizo sentir la noche anterior.
Desde esa noche intercambiamos fotos y mensajes eróticos, y aunque no era físicamente mas llamativo que los demas, me excitaba tanto que no tomo mucho tiempo que llegara el dia de encontrarnos.
Llego el dia y yo no paraba de pensar en todo lo que deseaba hacer. Esa deliciosa verga venosa húmeda y gruesa me causaba ansiedad y una humedad instantánea cada vez que la recordaba. Elegi sorprenderlo con una diminuta y traslúcida lencería de encaje negro, esta dejaba ver mis pezones y mi rajita y relucia mi gran culo. Sobre esta use un vestido corto y negro ajustado al cuerpo con un escote que difícilmente pasaba inadvertido, zapatos de tacón alto y un maquillaje que mostraba la ternura y sutileza de mi edad como contraste a la zorrita deseosa que lo lucia. Adicional lleve dos elementos sorpresa para que el no se olvidara de mi.
Me recogio cerca de casa en su auto, su aspecto era mejor que el de las fotos, su perfume varonil era el perfecto detonante del gusto en mi. Lo saludé con un dulce beso en los labios y suspire en su cuello, me sente cruzando las piernas de forma que pudiera tener acceso a mas de mi piel.
-Estas hermosa. Me dijo mientras con sus ojos me recorrio de pies a cabeza; mi objetivo con el escote se habia cumplido pues su mirada no evito hacer una parada por varios segundos antes de llegar a mis labios.
-Luces muy apuesto. Le dije mientras sonrei y sutilmente acaricie su mejilla con mi mano. Respondió con su mano en mi rodilla, que después subio hasta el inicio de mi vestido.
-Vas a pasar una gran noche, mi reina. Dijo y empezó a conducir.
Me llevo a cenar a un lugar bello y elegante. Las miradas de las personas alrededor desaprobando la escena le daban un toque excitante adicional a la situación y para escandalizar más el escenario en cada oportunidad que tenía lo besaba. Me miraba mostrando que le gustaba lo que hacía. Me acerqué a su oido y le susurré.
-Deseo tener pronto ese postre en mí.
Me respondió -Claro que lo tendras mi dulce putita. Llevando mi mano por debajo de la mesa hacia ese duro bulto que hacia en su entrepierna.
Subimos al auto en camino a su departamento puse mi mano sobre su entrepierna. -Tu conduce que yo me encargo de este delicioso bulto.
Primero con la lengua degusté ese sabor salado de su líquido preseminal, después con mi boca y garganta le di una demostración de lo que iba a tener después.
-Ahhh delicioso, que rico la chupa esta dulzura, eres toda una putita, ahhh.
Aceleré el ritmo. El detuvo el auto y me dio la primera tanda de leche. -Ahhh deliciosa, que rica boquita la de esta putita, que rico se la come toda. Te voy a llenar de leche.
Llegamos a su departamento y al cerrar la puerta no me dió chance de descansar mi bolso, pues me agarro de espaldas apretando su cuerpo al mío. Se apoderó con una mano de mi cuello y con la otra de mi entrepierna.
-Putita te voy a llenar de leche y me vas a dar mucho placer.
Besaba mi cuello y lo lamía, mi entrepierna húmeda sintió cómo sus dedos hacian de lado ese diminuto panty para hundirse en mi rajita.
-Qué rico me tocas, sigue asi.
Ahora la mano que apresaba mi cuello apretaba mis tetas sobre el vestido mientras me llevaba hacia un gran sofá en el que se sentó.
-Desnudate y muestra ese cuerpo de puta que voy a follar. Asenti y de espaldas me incline mientras quitaba mi vestido de modo que tuviera la vista de mi culo el cual azotó con dos nalgadas.
-Quitate todo putita. Mi ropa interior cayó al suelo mientras él se desnudaba.
-Putita, ahora chupa mi verga de nuevo. Quede de rodillas frente a el, mientras metía y sacaba su verga de mi boca lo miraba y me tocaba las tetas.
-Eres una mamadora profesional putita ahora quiero llenarte de leche tus agujeritos.
Me sento sobre sus piernas, lamio mi cuello y apretó y succiono mis tetas con el deseo de un niño hambriento mientras su glande rozaba con mi humedad y se introdujo en mí. Era deliciosa la sensación de esa verga gruesa dandose paso en mi panochita, poco tarde en gemir como puta del gusto
-Ahhh así, mas verga, mas.
Me siguió penetrando hasta que poco despues el cosquilleo que vino desde mi interior desembocó el primer orgasmo.
-Ahh sii, no pares de follarme por favor, mas. Emocionado me penetraba y azotaba mi culo
-Yo se que te encanta, putita, se nota que me la quieres vaciar. Ahora te follare como lo que eres.
Me puso en cuatro a lo que abrí mi culo con las manos y me penetró alimentando la velocidad. Introducía sus dedos en mi boca, apretaba mis tetas y me azotaba.
-Ahh putita que apretada y rica estás, ¿dónde quieres leche?
-Dámela toda adentro papi, llename de leche la rajita. Y no tardo en descargar esa deliciosa y tibia leche en mi.
-Ahhhh puta que rica.
-Ahh que deliciosa verga papi, que rica leche.
Sacó su verga de mi y se la limpié con la lengua para no perder ni una gota.
Nos dormimos por un rato, desperté y servi una copa de vino para ambos y busqué mi bolso. Regresé a la sala de estar con orejitas y mi plug de cola de zorro luciendo mi cuerpo que ahora estaba adornado por estos dos accesorios.
Hice un ruido para despertarlo y caminé por el lugar para que me viera.
-Para que no olvides a esta zorrita. Me puse de rodillas, agarré y me lleve su verga a la boca de nuevo. Sus ojos estaban sorprendidos de lo que veían y su ahora flácida verga recobraba grosor y firmeza.
Me tomó con fuerza de espaldas, me puso de nuevo en cuatro y penetro mi panochita.
-Putita eres una viciosa de verga. Mientras aumentaba la fuerza con la que me lo introducía. Azotaba mi culo con una mano y con la otra agarró mi cabello.
-Asi te gusta que te monten, como a una verdadera zorrita. Así sometida y abierta quiero que siempre estés para mí.
-Ahhhh dame como la zorrita que soy. Follame como quieras, ahhhhh, que rico, ahhh.
-¿Como quiera? Me preguntó y yo asentí.
-Entonces será como quiero. Me acostó abierta de piernas, sacó el plug de mi culito, escupió mi hoyito y apunto su verga hacia él.
-Recibe esto zorrita. Y me introdujo su verga con rudeza. Se confundió el dolor con la excitación que tenía y mientras penetraba mi culo masajeaba mi clítoris e introducia dos dedos por mi panochita.
-Ahhhh que rica papi, no me la saques por favor hasta que me des lechita, ahhh. Mientras tanto yo tocaba mis duros pezones y sacaba la lengua. Poco tardé en sentir otro orgasmo. -Ahhhh papi asiii, me vuelves loca papi asiii. Y salió de mí panochita un inevitable squirt.
-Ahora vienen mis jugos putita. Ahhh ahhh. Mientras sentí los tibios chorros en mi culo. Salió de mí y lamió mi corrida como una fuente.
-Putita espero que no sea la única vez que te folle.
Aún recuerdo esta follada y no puedo evitar masturbarme.
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