Revista Sociedad

Mi Eurovisión 2013: muchas nueces pero poca música

Publicado el 17 mayo 2013 por Elvolumendelaarmonia @elvolumendelarm

Otro año más, vuelve la gala de la canción del Viejo Continente. Otro año más, los fans eurovisivos vuelven a resurgir cual caracoles tras la lluvia desde los ámbitos más impensables de la sociedad. Otro año más, vuelven las frases: “Es que es todo política”, “Los países del Este se votan entre ellos”, “Portugal nos va a dar 12 puntos”. Otro año más, España vuelve a hacer el ridículo ante toda Europa mientras Merkel se descojona en su sofá acariciando un gato.

Pero, oigan. Que no todo es malo. Aunque la comisión encargada de elegir representante para este nuestro país tenga menos acierto que un puesto de feria, los rivales de España tienen mucha miga y algunos hasta calidad musical.

Fuente: rtve.es

Fuente: rtve.es

Como bien es sabido por todos, Eurovisión compone su cartel de 26 candidatos, entre los que se encuentran, a saber: el “Big Five”, el país organizador y 20 más elegidos tras dos arduas semifinales. Los cinco grandes (Alemania, Reino Unido, Italia, España y Francia) siempre, y repito, siempre tienen plaza fija en la final. Independientemente del candidato que decidan mandar. Ojo, acordaos del Chiki Chiki y el daño que hizo a la Marca España. Desde entonces, la crisis se ha precipitado aún más.

El caso, que da igual si mandan a un mono tocando el piano o a un troll como el ex compañero de BuenaFuente. No es el caso de los demás países europeos como Irlanda, Dinamarca o Finlandia que, casualmente, son los que menos aportan, económicamente hablando, al Festival. ¿Empezáis a entender ahora las connotaciones políticas que tanto se reprochan a Eurovisión? Pues eso.

Los pobres amigos del resto de Europa (ojo con las malinterpretaciones) se baten para lograr su ansiado puesto en la final. De ahí que pongan todo su esfuerzo en mandar a su mejor representante. Vamos, qué ímpetu. Ni que les fuesen a dar una beca de estudios. Sin embargo, luego nos sorprenden con intérpretes como Emmelie de Forest y la rusa Dina Garipova.

Dinamarca: Emmelie de Forest y su “Only teardrops” 

Esta jovencita se ha convertido en la favorita de esta edición. No es para menos, el toque celta y su carácter naïf  son buen complemento para su vozarrón.

Rusia: Dina Garipova y su “What if”

¿No os recuerda a alguien? ¡Sí! Es la prima rusa de Adele. Vamos, no digáis que no se parecen. Mismo estilo musical, mismo estilo vistiendo, ¡hasta se parecen en la cara! Bien es cierto que la canción es bonita y su voz tiene unos matices que asombran, pero a mí no me ha llegado a la patata. Qué le voy a hacer.

Ambas canciones pasaron victoriosas la primera semifinal, celebrada el 14 de mayo. Otros países que también pasaron fueron Ucrania y su canción “Gravity”, más digna de una BSO de Disney que de un festival musical, Lituania y su canción sosaina de nombre impronunciable, Bielorrusia y su típica canción hortera de chiringuito de playa o Bélgica con su joven cantante de 17 años, primo de Justin Bieber al que los primeros planos de su vídeo de presentación le hacen un flaco favor. A él y a su nariz.

Reseñables son las actuaciones de los intérpretes de Lituania, Irlanda y Moldavia. Empezando por el rockero de palo de Lituania cuyas cejas tienen vida propia (podéis ver el vídeo aquí), siguiendo por el vestido-proyector de cine-telepromter de la de Moldavia o el elegido para representar al país irlandés. He de decir que, tras los gemelos robóticos gays del año pasado, me esperaba lo peor. Pero oye, han apostado por la música disco y les ha salido bien. Minipunto.

Tras ese primer asalto, donde diez países consiguieron zafarse, la segunda batalla se libraba el jueves 16 de mayo. En esta, otros diez países consiguieron su pase a la final, dejando en el camino a Israel, Macedonia y los países balcánicos. Entre ellos, Azerbayán que deambuló sin pena ni gloria, Armenia con dos cuartos de lo mismo, Georgia con una balada a dúo que musicalmente impresiona pero visualmente se queda corta, y Noruega. De Noruega destaco las curvas sinuosas e interminables de la rubia. Sí, porque de la canción poco puedo comentar.

Sin embargo, en esta segunda semifinal también hubo más chicha que cortar que en la primera. Más miga, más originalidad. Hungría e Islandia me sorprendieron para bien. Mientras que el pequeño país islandés conmovía con el video de su melódica canción, inspirada en música  autóctona, Hungría coló un hipster en el festival de la canción, cuyo tema Kedvesem sería un pelotazo en las esferas indies si la letra fuese en inglés. Malta, por su parte, nos trajo el verano con “Tomorrow”, una balada romántica que habla de la típica pareja que se conoce pero son distintos pero luego se quieren mucho. A mí me ha gustado, será que estoy tontaca con eso de la primavera y las flores.

Pero la palma se la llevan Finlandia, Rumanía y Grecia. Cada uno a su bola pero los tres han llamado la atención de media Europa:

Finlandia: Krista Siegfrids con su “Marry me”

Esta rubia impresionante me flipa. Si metemos en una coctelera a Kylie Minogue, Gwen Stefany, Katy Perry y Lady Gaga y un poco de ginebra barata, nos sale Krista. Su tema y su estilismo es muy MTV. Además, para rematar la faena, terminó su actuación en la semifinal con un beso lésbico. Es muy grande esta tía. Minipunto para ella.

Rumanía: Cezar con su “It’s my life”

Mi primera reacción al oír la canción y ver el vídeo fue gritar bien fuerte un ¿Pero qué coj…? Un contratenor, bailarines de funky, dubstep de fondo, ¡menuda mezcla! Pero oye, a mi me ha molado. Original cuanto menos. Y ojito con las cuerdas vocales del zagal, más soprano que una mujer.

Grecia: Koza Mostra & Agathon Iakovidis con su “Alcohol is free”

Mira. Si esta canción no gana Eurovisión, voy al Parlamento Europeo y me quemo a lo bonzo. El hecho de que Grecia mande un grupo de ska a Eurovisión, da que pensar. No se qué dirá la letra pero seguro que lanza alguna pullita al BCE y a la Merkel. Deberían, al menos. El tema es pegadizo, la música engancha y más de un componente tiene un buen empujón. Vaya, que me voy a Grecia a quemar contenedores con ellos ahora mismito.

Mientras que toda Europa se deja los cuernos para mandar a los mejores, como si de las Olimpiadas se tratase, es paradójico ver cómo los “intocables” mandan viejas glorias como Bonnie Tyler, Cascada o grupos de risa como “El sueño de Morfeo”.  Vale, Bonnie Tyler es una artista de los pies a la cabeza y a más de una jovencita le gustaría que la chupa le quedase tan bien como a ella, pero su canción ni tiene fuerza ni tiene nada. Alemania se lía la manta a la cabeza y manda a “Cascada“, un grupo de dj’s con intérprete femenina que ha protagonizado la banda sonora de mi adolescencia pokeril. Sí, ellos son los autores de “Everytime we touch” o “Miracle”, temas repetidos y repetidos hasta la saciedad en los garitos de medio mundo. Mientras tanto, los países del sur apuestan por la sensualidad. Una típica balada romántica en el caso de Italia y el concepto de “femme fatale” hecho canción por parte de Francia.

No obstante, llama la atención el caso de España. O somos tontos o lo hacemos aposta. En ese último caso, tenemos lo que nos merecemos. El que avisa no es traidor. Vaticino un bajo puesto en la clasificación para nuestra “armada”. Y si no, tiempo al tiempo.  Teniendo en nuestro país grupos con nivel, da igual cual sea el estilo, ¿cómo se nos ocurre elegir a la banda de la ex de Fernando Alonso? Una canaria con seseo que canta al amor acompañada de música celta. No tiene ni pies ni cabeza.

Recordad que la gala final, donde todo se decide y donde se verá si volvemos a hacer el ridículo, es este sábado a las 21 horas en TVE. ¡No os la perdáis, pequeños fans eurovisivos! O haced como yo, y echaros unas risas.


Mi Eurovisión 2013: muchas nueces pero poca música

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