Estamos ya de lleno en esos días de celebraciones, paz, amor, concordia, buen rollito entre seres humanos y todas esas cosas que los comerciantes, instituciones y demás nos han enseñado que debemos sentir, y que los periódicos y la puñetera realidad se empeñan en desmentir.
Me sumo a ello, y desde aquí deseo a los lectores de mis humildes blogs que celebren lo que sus creencias les dicten y lo que sus corazones y conciencias les permitan. Y que el próximo año ayude a borrar lo que de éste deba ser eliminado y a alcanzar sus más altos anhelos.