Revista Salud y Bienestar

Mi gran día con diabetes

Por Vivetudiabetes @Vivetudiabetes

Mi gran día con diabetesPuede que todos en algún momento soñemos con la boda de nuestros sueños, pensemos cómo será, con quién, qué canción usarás para la entrada al baile, qué detalles, qué secretos guardarás hasta el final o qué menú decidirás para tu gran día… Pues sí, esas son preguntas que te replanteas constantemente desde que, en firme, fijas una fecha para el gran día. Así que aunque pienses que con diabetes puede que haya que tener otros detalles en cuenta, casi todo gira en torno a lo mismo. Después de 9 años con vosotros, me hace mucha ilusión contaros cositas del pre y de cómo lo he planificado!

Mi novio y yo nos prometimos hace casi dos años. El motivo por el que hemos esperado tanto es porque a mí me hacía mucha ilusión casarme en la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena de Sevilla, y como la lista de espera era muy larga, decidimos esperar.

Planificarlo con tanto tiempo me ha hecho disfrutar cada paso que hemos ido dando, desde elegir las invitaciones, el lugar o ir hasta el detalle más tonto como el color de los manteles. Todo lo he saboreado y disfrutado, así que como podéis imaginar a 3 días de mi boda, estoy que me subo por las paredes jeje.

DIABETES

Vivir con diabetes no ha hecho que lo disfrute menos, al contrario, pudiendo contaros todos los detalles es aún más emocionante. Pero en esta parte me gustaría deciros cuáles han sido mis preocupaciones y cómo las he resulto.

Mi gran día con diabetes

  • LA CEREMONIA: Me preocupaba mucho mi glucosa, ya sabéis que los nervios pueden jugar malas pasadas, tanto por alto como por bajo y si no llevas bomba de insulina (como es mi caso) aún más, ya que no puedes parar la infusión de insulina. Me preocupaba estar hiper nerviosa y no tener dónde guardar mi glucómetro y algo de glucosa para ir controlando. Después de darle mil vueltas ya tenemos la solución: Me voy a poner el FreeStyle Libre en el lateral de la pierna, ya he hecho la prueba, siento no haberlo compartido, pero al ser algo que no está en la ficha técnica del producto, no quería apresurarme publicando algo de este tipo. Por supuesto no lo recomiendo, pero esta noche me lo pondré y lo llevaré el día de mi boda. Os haré fotos! PROMETIDO. Adicionalmente, mi madre llevará el glucómetro en su bolso y mi padre, el padrino, llevará el lector y alguna pastilla de glucosa. No obstante, justo antes de entrar a la iglesia me mediré la glucosa 🙂
  • EL VESTIDO: Lo primero que me preocupaba es que quedase bonito, no os voy a engañar y después donde guardar mi kit de diabetes. En un primer momento le pedí a la diseñadora que me hiciese un bolsillito en la falda, pero mi madre pensó que no era el lugar más apropiado ya que estaría dándole todo el rato golpes con las piernas. Ya tenemos la solución: como os comentaba, llevaré mi sensor en la pierna, para que no se vea, y el lector en la app móvil que abulta menos. Cuando lleguemos a la cena llevaré un clutch blanco donde guardaré la insu y el glucómetro y así llevaré todo conmigo en la cena y barra libre.
  • CÓCTEL, CENA, BARRA LIBRE: Pensé muy mucho en cómo hacerlo, la verdad es que no sabía si poner una u otra cosa y al final pensé en que una solo se casa una vez, así que he planificado un menú personalizado, clásico y riquísimo, donde predomina la chacina ibérica, el pescaito frito, marisco y carne para la cena. No puedo desvelar mucho más que si no los invitados no se llevarán sorpresa jeje pero ese mismo día o al siguiente os publicaré todo 🙂 Solución: disfrutar a tope e intentar controlar la glucosa al máximo posible.
  • Mi gran día con diabetes
  • VIAJE DE NOVIOS: Una de las más grandes preocupaciones, por no decir la más grande. Finalmente, nos vamos a la Polinesia Francesa. Si os preguntáis dónde está búscalo en el mapa, amplía todo lo que puedas en el Pacífico Sur y lo encontrarás. Hay doce horas de diferencia, es decir si es España son las 10 de la mañana, allí serán las 10 de la noche. Parece todo correcto, pero hay muchos detalles que pensar en un viaje de más de 24 horas de vuelo y varias escalas. Os voy a detallar uno por uno, pero lo primero de todo es el viaje en sí mismo: El itinerario es salida desde Madrid y paradas en Francia-Los Ángeles- Morea. Cada una tiene sus cambios horarios y yo necesito planificar: repuestos, dosis de insulina, carta médica de viaje, seguro de salud, etc.

Lo primero que pregunté fue “Hace falta vacunarse de algo?” la respuesta es NO. No hay nada de lo que tengamos que vacunarnos para ir allí, por lo que ese punto estaba salvado.

Lo segundo mi kit de diabetes. Me he hecho una súper lista de cosas, donde además de las insulinas, tiras, agujas, glucagón, tiras de cuerpos cetónicos, sensores FreeStyle, etc. llevo un kit de fármacos por si me pongo mala allí (Antibiótico, paracetamol, ibuprofeno, polaramine, urbasón…) Todo ello se lo he pedido a mi médico de cabecera y sin problemas me ha hecho las recetas para que vaya cubierta ante algún imprevisto. Ya os haré foto 🙂

Mi gran día con diabetes
Por supuesto, también llevo una neverita y frío para el avión, ya que serán muchas horas y para controlar la temperatura llevaré mi MedAngel y mis insulclock.

Respecto al informe médico de viaje, lo solicité con diez días de antelación en mi hospital de día. El pasado lunes lo recogí y además del informe en inglés y español, me dieron unas pegatinas (mirad la foto en Instagram @vivetudiabetespsr) para que las pegue en las fotocopias que haga de la carta original. ¿Para qué sirve la carta/informe? Habitualmente nunca lo piden, pero yo recomiendo llevarlo siempre, ya que si nos pasa algo o nos piden justificante de por qué llevamos tanta medicación es un informe oficial de que vivimos con diabetes. Por ejemplo, yo las únicas dos veces que lo he usado fue en NY en el Empire State ya que para subir me dijeron que tenía que dejar todo los líquidos (lo que incluía un zumo que llevaba y las insus) y enseñando mi informe pude subir con todo mi kit y la otra fue en México, donde en Coco Bongo tuve una “pelea” con el encargado porque me prohibía entrar con la insu por si decidía pinchar a alguien (sí… es surrealista) y con mi informe no se pudo negar.

Excursiones de agua: nos vamos a bañar con tiburones y en alta mar con ballenas de más ni menos que de 20 metros, ya da miedo de por sí, pues si no puedes estar con tu kit, ya te subes por las paredes. Lo que he hecho es llevar mi bolsita impermeable que ya os he enseñado en otras ocasiones. Con ello, me podré bañar con todo encima 🙂

Comidas: No sé realmente cómo serán las comidas, pero como sabéis tengo alergia al marisco. Para ello llevo un kit de alergias por si me pasase algo. Adicionalmente, hemos avisado a los aviones para que me pongan un menú que no me suba mucho el azúcar y también al hotel por si las moscas.

Las insulinas: Esto es otra de las grandes cuestiones. Yo me pincho mi basal en dos veces, 17 unidades a las 10 de la mañana y 7 a las 10 de la noche. No por antojo si no porque por mi actividad, así es cómo mejor me encajan mis pautas insulinicas para tener una basal estable. Lo que me preocupa es que cuando llegue me cambian totalmente las necesidades de insulina, es decir estarían como invertidas (7 por la mañana y 17 por la noche). Como en este viaje es prácticamente imposible hacer un cambio progresivo, iré ajustándolas poco a poco. En el reloj de pulsera llevaré la hora española y en el móvil la local, de tal forma que iré controlando que siempre pasen doce horas entre dosis e ir regulandola al horario local. Ya os iré contando…

Por lo demás todo está bajo control, pero el próximo sábado os enseñaré alguna sorpresa que también tengo para todos los que vivimos con diabetes, Seguid de cerca mi perfil de Instagram, porque os iré enseñando todo lo que pueda 🙂


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