"¡Por Dios!, es navidad", expresé hace unos 25 años, ese 24 de diciembre. Todos preparaban, hasta el último detalle, para la gran noche con pólvora, cena navideña y familiares abarrotando nuestra casa y las de los vecinos. En mi mente sólo había una cosa: que mi madre (QDDG) me diera mi acostumbrado regalito de navidad que consistía en unos $50 para que los gastara en cualquier cosa. Como siempre yo, dando rienda suelta a mis más bajos instintos y como amador del hedonismo, pensé : "hoy me levanto a la mejor "puta", perdón quise decir trabajadora del sexo, de la calle X, eso será mejor a estar aguantando a todos mis familiares que vienen a hostigar y a " chismosear" esta noche, será más que genial. Ya como a las 10 de la noche, me voy con mis $50 escondidos en mi calcetín, por eso de los ladrones que se ponen muy listos este día. La calle estaba , completamente , sola, por lo que medité: "nombre, hoy, hasta estas z.... van a celebrar en casa, ¿ qué no tienen necesidad?. De repente, al cruzar una calle, veo a una linda chica, caderas anchísimas, busto súper bien paradito y enorme, con zapatos de tacón y falda ajustada. Me le acerco, despacito y le pregunto:- ¿cuánto muñeca?- . Ella me contesta, sin vacilar: -son $20 y $5 de cuarto. ahí enfrente- . Mi emoción fue tanta que mi corazón palpitaba a 100 latidos por segundo y mi miembro viril comenzaba a desobedecerme y se ponía erecto a la velocidad de la luz. Mientras íbamos, platicábamos sobre la familia y la navidad, ella con una voz de princesa que no me hacía dudar de ella de que era otra cosa. Cuando llegamos, entramos rápido, después de pagar y, ya en el cuarto, me quito la camisa y los pantalones y al bajar mi calzoncillo, mi pene se levanta como una enorme palanca fuera de control. Ella se pone desnudita en la cama, lista para que yo comience a explorar todo su bello cuerpecito blanco. En esa excitación sexual, le recorro su cuerpo con mi boca, besando cada parte deliciosa de su anatomía femenina, que piel más suave, que piel más olorosa desde sus pies hasta su nuca. Nos dábamos besos apasionados. Hasta aquí nada me hacía sospechar sobre el gran fiasco que me llevaría. Ya llegando al momento principal, cuando yo descubriría su vulva húmeda, despacito , meto mi mano, y, ! qué gran sorpresa para mí!, en forma veloz y sin control, sale disparada una palanca de carne , mucho más enorme a la mía, muy , muy gruesa. En ese instante, doy un salto largo del lecho y con voz fuerte, le digo: Por la gran p....... , vos sos hombre. En ese momento , me comienzo a vestir, salgo rápido, y con algo peor: había desperdiciado mis $50 . Salí corriendo y hoy, siempre, que trato de hacer un levante de alguna mujer, me aseguro que , realmente, lo sea, porque, en estos tiempos, hasta travestis con voz de mujer hay. Espero les haya gustado mi relato y que a ustedes, hombres, no les vaya a ocurrir una experiencia así.