Páginas: 232
ISBN: 9788498415445
Precio: 16,95€
Me sentí atraída por Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea por una corazonada. La portada me pareció muy mona (muchísimo mejor que la original, por cierto), pero fue su sinopsis lo que me provocó unas ganas irremediables de leerlo. Me parecía que podría ser un libro especial, con ángel, de esos pocos que consiguen dejarte huella. Rara vez tengo esta intuición con una novela desconocida, así que con esto podéis deducir que su argumento debe de tener algo inconfundible para que me haya transmitido esta idea. Si habéis visto la valoración que le he puesto ya sabréis que finalmente no me ha cautivado tanto como esperaba, aunque de todos modos su lectura me ha dejado muy buen sabor de boca.
Sinopsis
Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea narra la historia de Jamie, un niño de diez años que desde su perspectiva ingenua nos narra el deterioro que ha sufrido su familia tras la muerte de su hermana Rose en un atentado islamista, cinco años atrás. La madre los abandonó, el padre ahoga las penas en el alcohol y Jasmine, la gemela de Rose, no come y se ha teñido el pelo de color rosa para dejar de parecerse a su hermana fallecida. Jamie es el único que no sufre por la pérdida, porque era muy pequeño cuando ocurrió todo y sencillamente no recuerda a Rose. Lo que sí debe aguantar son las consecuencias de los hechos, que además de aceptar la destrucción de su núcleo familiar conllevan unas cuantas críticas (por decirlo suavemente) de su padre hacia los paquistaníes y una mudanza que cambiará su vida. En el nuevo colegio, Jamie se hace amigo de Sunya, una niña musulmana despierta y valiente que no teme a nada.Esconder su relación con Sunya a su padre, luchar por recuperar a su madre, presenciar cómo Jasmine se esfuerza para sacarlos adelante aunque solo tenga quince años… A pesar de su corta edad, Jamie se da cuenta de las cosas y en esta novela nos invita a conocer su papel en estas circunstancias tan delicadas.
Impresiones
Desde las primeras páginas me sumergí en la trama y me dejé llevar por la voz de Jamie. El relato empieza con la explicación de que una parte de los restos mortales de su hermana Rose se encuentran en la repisa de la chimenea, concretamente, incinerados en una urna de la que el padre no puede desprenderse. Un comienzo llamativo e impactante que atrapa de inmediato al lector; aprecio la labor que se ha realizado para explotar los puntos fuertes de la historia en los momentos clave. Aunque los libros tengan la oportunidad de mejorar a medida que avanzan, un buen pistoletazo de salida facilita que la gente se enganche y les hace ganar muchos puntos.Escribir una historia desde el punto de vista de un niño es complicado y a menudo este esfuerzo se encuentra muy infravalorado por algunos sectores. Hay quien tiene la manía de catalogar como infantil o juvenil cualquier obra protagonizada por alguien de corta edad; costumbre que me da mucha rabia porque, si bien no tengo nada en contra de esta literatura (de hecho, la disfruto muchísimo), sé que muchos lectores adultos sienten prejuicios hacia lo infantil/juvenil y una clasificación equivocada podría hacer que dejaran de leer un libro tan especial como este. Por eso mismo quiero dejar claro desde este momento que Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea no me parece una novela juvenil, y no por la dureza relativa del tema, sino porque su trasfondo está lleno de pequeños detalles que en mi opinión un adulto sabe apreciar mejor. Además, la prosa tampoco tiene mucho en común con lo juvenil porque no contiene ni una línea de diálogo en estilo directo, rasgo característico del género.
Volviendo al enfoque infantil, Annabel Pitcher supera con creces el reto y consigue crear un personaje que, no solo resulta realista, sino que se convierte en una personita entrañable para el lector. Jamie te llega con sus temores, sus juegos y, sobre todo, sus ilusiones. Se da cuenta de las cosas que pasan en casa, pero al mismo tiempo no deja de ser un chiquillo que no se separa de su querida camiseta de Spiderman y teme al matón del colegio. Como cualquier niño, destaca por su inocencia, una inocencia acompañada de travesuras y cabeza, que nada tiene que ver con la tan criticada ignorancia excesiva de aquel niño con pijama que no se enteraba de nada.
Las relaciones entre personajes están muy bien tratadas. Me ha encantado la amistad del protagonista con Sunya: quizá os parezca absurdo, pero al haber escogido hablar de un atentado islamista pensé que tal vez este colectivo podría ofenderse, y por ello considero un acierto que la forma de superar los prejuicios hacia estas personas en el relato sea a través de una niña tan buena y pura como Jamie o cualquier muchacho europeo. Su vínculo inspira una gran ternura, el ver cómo ambos dejan de estar marginados y tienen un compañero en el que apoyarse. El final, sencillamente precioso.
Lo mismo digo para temas familiares e, incluso, la mascota de Jamie. Destaco especialmente el papel de su hermana Jasmine, me ha gustado descubrir cómo una chica de quince años que perdió a su gemela se esfuerza en ayudar a su familia e intentar que el pequeño no vea algunas cosas. Por su apariencia, con ese pelo rosa y el novio punki, nadie diría que es una jovencita tan madura y sensible. Con esto se demuestra que los adolescentes pueden tener bobadas típicas de la edad sin dejar de lado lo que de verdad importa. La autora hace gala de una gran capacidad de observación y cordura a la hora de describir a los personajes, los trata con respeto y cariño, sin olvidar que pese a su corta edad son personas inteligentes.
En cuanto al estilo, hay cero diálogos de tipo directo (el que se escribe introducido por una raya), aunque las conversaciones se plasman en estilo indirecto, dentro de los párrafos. Para mi gusto, ha sido un error meter las charlas de este modo: el texto no se lee de forma tan fluida y cansa muchísimo que se repita tanto la palabra «dijo», por no hablar de la ausencia de algunas comas necesarias (creo que el libro ha perdido bastante con la traducción). Como lectora y casi-correctora no puedo dejar de fijarme en estos aspectos, sobre todo porque hay una diferencia abismal de nivel con respecto a los fragmentos en los que no se plasma ningún diálogo y el narrador se limita a expresar pensamientos o recuerdos. En esos tramos he disfrutado muchísimo de la lectura, me he metido de lleno en la piel de Jamie y me dejado llevar por sus palabras, que fluyen como un torrente.
El otro problema que le he encontrado al libro se debe a la parte central: en ocasiones me ha resultado un poco repetitivo, en especial las escenas de Jamie y Sunya en el colegio. Entiendo que eran necesarias para reflejar la evolución de su amistad, pero pienso que la historia pierde fuerza en ese tramo. El primer capítulo y las últimas cuarenta páginas, por el contrario, son de matrícula de honor, no les sobra ni les falta nada. Si se hubieran trabajado más esos pasajes del medio, el resultado final podría haber sido brillante.
En algún sitio he leído que se definía esta novela como «divertida». Desde mi punto de vista, no tiene nada que ver con lo que yo entiendo por divertido o hilarante: me parece una historia escrita con un tono desenfadado, cargada de dulzura y con escenas que te sacan una sonrisa (ojo: no una carcajada). Puede gustar a un grupo de lectores bastante amplio por la originalidad del hilo principal (no todos los días se publica un libro sobre el hermano de una niña que murió en un atentado) y porque la temática realista suele tener buena acogida entre los lectores de narrativa adulta. Eso sí, tal y como se indica en el papel promocional, «si no eres capaz de emocionarte y conmoverte, no conozcas a Jamie, no leas este libro», pues los sentimientos y esa ternura que no me canso de señalar están presentes en cada letra de estas doscientas páginas.
En general, opino que el libro trata un tema curioso, bueno y bien llevado. ¿Que me esperaba más? Sí, pero a pesar de todo me ha dejado muy buen sabor de boca y me parece un libro altamente recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de una historia diferente y llena de ternura. Le seguiré la pista a Annabel Pitcher: me ha dado la sensación de que es una autora peculiar (en el buen sentido) y pienso que en el futuro puede seguir aportando propuestas tan innovadoras e interesantes como esta. Hace falta un cambio generacional en la literatura, no se puede escribir eternamente sobre los mismos temas, y a mi modo de ver Pitcher plasma perfectamente esa transición en esta novela. Desde aquí le deseo toda la suerte del mundo.
Enlaces de interés:
Web de Annabel Pitcher.
Lee el primer capítulo del libro.
Tráiler de Youtube.
Mi valoración: 7/10