Revista Pareja

Mi hija la guerrera

Por Corderobeatriz

Hoy he llegado a muchas conclusiones, en medio de la crisis que estamos pasando como familia, dada la mala salud de Daniela, quien ha estado hospitalizada desde el domingo.

La primera es que, este lugarcito mío, de mi familia, y de quien quiera leernos y seguirnos, es más que un blog o una página sobre maternidad y crianza; es una forma de sacar todas las ideas que rondan mi cabeza y que muchas veces no pueden salir de otra manera.

Recuerdo como, luego de la muerte de mi hermano menor, pasaba días en vela escribiendo en una libreta de hojas blancas que me regaló mi tía Tota. Eran páginas recicladas, que formaban una libreta de lo más sencilla, pero que hoy por hoy fueron el espacio terapéutico que me salvó la vida; porque me permitió descargar todos esas ideas que invadían mi mente y corazón en ese momento tan difícil.

Ahora comparto y descargo todas esas ideas locas, tristes, alegres, que igual llenan mi mente y mi corazón, pero usando la tecnología.

Segunda conclusión: mi hija es una guerrera. Y es que en una situación difícil son nuestros hijos quienes nos inyectan esperanza y fuerza, y con su sonrisa, nos llevan de la mano hasta ese final feliz que añoramos. Feliz, no porque las cosas sucedan como queremos, sino porque ellos siempre mantienen su alegría y nos ayudan a no olvidarla, hasta en el peor momento. No dejan de ser niños por estar enfermos o sentir dolor, al contrario, forran ese estado de color, de juegos y alegría. Y eso, solo un niño lo logra. De adultos perdemos esa capacidad y nos volcamos a pensamientos negativos o trágicos.

Para quienes no conocen de la salud de Daniela, los pondré en contexto: El sábado comenzó con fiebres altísimas, vómitos y dolor agudo de estómago. La llevamos a consulta de emergencia y, en la madrugada del domingo la ingresamos para descartar una apendicitis, con altas sospechas de infección en el estómago. Le comenzaron a tratar con antibióticos, a hidratarla y a hacerle todos los exámenes generales. Al final, y luego de 2 días se vio más animada y sin fiebre. Pensábamos que ya ayer, martes, estaríamos en casa.

Pero hubo algo el lunes que llamó nuestra atención: una tos fuerte, repentina y extraña que no había tenido antes. Al consultarle al doctor la atribuyó al mismo proceso gástrico que tenía. Luego de otro episodio de tos ayer martes, y gracias a un video que mi esposo tomó del momento de la tos, se puso en alerta al pediatra y se tomaron unas placas de sus pulmoncitos.

Conclusión: La aparente infección en el estómago no era sino una Neumonía. Las fiebres e incluso el vómito eran por ese proceso que se venía gestando en ella unos días atrás y que no daba otros síntomas,  ni dificultades para respirar, ni tos, incluso al usar el estetoscopio, no se escuchaba nada extraño en sus vías respiratorias.

Por qué cuento todo esto? Porque esto me lleva a otra conclusión: el instinto maternal (incluye mamás y papás) es poderoso. Nunca dudes de él!! síguelo, escúchalo y acata lo que tu corazón te dicte. Pregunta, pregunta, investiga, busca otra opinión, vuelve a preguntar todo lo que sea necesario. Pero nunca te quedes con nada, principalmente si la salud de tu hijo está en juego. Si nosotros hubiéramos dejado pasar esa tos, que parecía no encajar en el proceso y que, hasta las enfermeras vieron sin saber que era, quizá nos regresamos a casa, sin saber realmente cual era la raíz de todo.

Dios le susurró al oído a mi esposo: toma video, toma ese teléfono y grábalo! Aunque todavía estaremos en el hospital un par de días, estamos más tranquilos de saber lo que tiene y que se está recuperando bien.

Debido a nuestra herencia alérgica (en ambas familias) y dado los antecedentes de enfermedades de vías respiratorias en abuelos y tíos, este episodio nos lleva a que Daniela, y quizá alguno de sus otros hermanos, tendrán una tendencia a padecer de afecciones como esta y deberemos tener mucho más cuidado y tratamiento quizá a largo plazo. Pero Dios está permitiendo atenderla de la mejor manera y comenzar este camino con ella desde ya, para poder aprender juntos en familia como enfrentar este nuevo reto que la vida nos pone.

Estas situaciones de estrés ponen a prueba a todos en la familia. Como padres y seres humanos maduramos y vamos aprendiendo a identificar y manejar reacciones poco adecuadas y sanas, que en momentos como estos solo empeoran el ánimo y el ambiente. Recuerdo las primeras veces que tuvimos que enfrentar enfermedades de Daniela y Bobby. Roberto y yo siempre terminábamos peleando, porque nos dejábamos llevar por la preocupación del momento. Esta vez no ha sido así, hemos trabajado mejor en equipo y enfocando nuestra energía en Daniela y sus hermanos. Creo que esto ya es fruto de la experiencia.

Pero los más valientes han sido Daniela y sus hermanos. Ellos nos han contagiado de amor y alegría. También las oraciones de todos los que han estado pendientes de la salud de Daniela, a quienes agradecemos infinitamente. Sabemos que solo cosas buenas pone Dios en la vida de sus hijos, aunque al principio parezca oscuridad en el camino. Que bendición para nosotros tener 3 guerreros en nuestra familia, que nos seguirán dando lecciones de vida, garra y amor.


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