La niña holandesa de 14 años Laura Dekker, podrá por fin emprender su viaje de vuelta al mundo en solitario en un barco de vela. Después de muchos tira y afloja, después de que le retiraran la custodia a los padres por permitírselo y apoyarla, al final los tribunales han considerado que corresponde a su padre decidir si la niña debe correr ese peligro o no.
Claro, que en la decisión del tribunal ha influído positivamente el hecho de que la niña haya hecho un cursillo de primeros auxilios y ha hecho varios viajes en velero como preparación y entrenamiento. Me temo que si se encuentra con una tormenta, o con los piratas (y no me refiero sólo a los de Somalia, que el sudeste asiático, por donde pasa la tercera parte del tráfico comercial marítimo, está infestado de piratas, y también algunas zonas de América del Sur), el cursillo de primeros auxilios le va a servir de poco. Tampoco le servirá contra un huracán, o una simple tormenta tropical, por mucho GPS que lleve. El mar del sur de China, el estrecho de Malacca, las costas de Bangladesh y la India, la entrada del mar Rojo, las costas del Cuerno de Africa y el golfo de Guinea, el Caribe y las aguas frente a Perú, Ecuador, Colombia y Brasil son las más peligrosas del mundo, pero no las únicas.
Esa obsesión de padre e hija en que sea la persona más joven que lo consiga (hay más gente loca por conseguir un record de lo que parece) va a poner a la niña en un peligro extremo. A ver si encontramos un término medio entre la protección absoluta de los menores, incluso asesinos, y estas barbaridades. Porque ambos extremos están consiguiendo auténticas atrocidades. ¿Recuerda alguien a aquellos dos niños de 10 años que raptaron, torturaron y asesinaron a un niño de 3 en un centro comercial inglés? Cuando el instigador del crimen, identificado ya entonces como un psicópata, cumplió su mini-condena, hasta se le cambió el nombre para “protegerlo” de que la gente pensara mal de él. Así, con una identidad falsa y sin antecedentes policiales podía campar a sus anchas entre gente normal que no sabía quién se hacía amigo de sus hijas o estudiaba con sus hijos. Y ¿qué ha pasado? Pues que lo acaban de detener acusado de pederastia y pornografía infantil. Qué raro, ¿no?
En fin, que nos pasamos o no llegamos.