Revista Gente

Mi hijo Carmelo

Publicado el 10 diciembre 2012 por Moradadelbuho @moradadelbuho

  529     El diario de Bruno Fernández: Mi hijo Carmelo  

Fotograma de Bones

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Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje.

Sí. ¡Eso es!. Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado.

¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… EL MÁS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias.

Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.

Definición de hijo por José Saramago, Premio Nobel de Literatura.

Hoy hace siete años que recibí el mejor regalo que un hombre puede desear, una bendición que hoy en día sigo dando gracias por este milagro de la naturaleza que me ha sido concedido. Estoy hablando, por supuesto, de mi hijo Carmelo.

Todo parecía normal aquel 10 de Diciembre de 2.005, yo había terminado el turno de noche aquel día y me disponía ir a casa sobre las 6h00 de aquel maravilloso día, al llegar a casa (sobre las 6h45), me quité la ropa, me dispuse a dar una ducha relajadora, desayunar y meterme en cama a descansar después de una noche de trabajo algo agotadora.

Serían sobre las 8h30 cuando recibí la primera llamada, pero al principio no le hice mucho caso y yo pensando: "Que llamen más tarde", pero al ver que insistía, pues decidí coger el móvil y con malas maneras contesté…
-- ¡Quien coño es!, ¡que estoy durmiendo, coño! –.
-- Perdona Bruno, ya sé que estabas en turno de noche, pero soy la madre de "Pitufa", que ha roto aguas y va de camino al hospital –.

En ese momento, me puse nervioso, no sabía que hacer, hasta que me tranquilicé y pensé: "Bruno, coño, que eres enfermero y debías de estar preparado para esto", me dirigía al armario y enganché lo primero que encontré, un chándal, fui al garaje con toda la prisa del mundo a coger el coche y dirigirme al hospital.

Una vez que llegué al hospital, estaban los padres de "Pitufa" esperándome. El padre de ella me miró con cara de asco, nunca le caí bien y después de la salida de armario pues como que me cogió mas asco, por un lado le comprendía, pero por otro lado no me importaba, mi prioridad era otra.

Por suerte estaba una compañera amiga de mi madre como matrona y me dijo que estaba en la habitación, pero al ser primeriza, pues aún tenía que dilatar un poco más y que tuviese paciencia, pasaron horas hasta que la amiga de mi madre me dijo que ya estaba a punto, que iban a llevar a "Pitufa" al paritorio para dar a luz.

Yo quería estar con ella a su lado, quería presenciar ese momento mágico que sería ver la carita al niño.

A las 22h34 del 10 de Diciembre del 2.005, oí el llanto del niño, y al ver la criatura, pues como uno no es de piedra empecé a llorar también, mirando aquella criatura en brazos de su madre y toda emocionada me dice:
-- Mira Bruno, alguien te está diciendo "hola" –.

Cuando me deja coger al niño en mis brazos, todo emocionado, le hice unas carantoñas y en ese momento volvía llorar y mirando a "Pitufa" le digo:
-- Perdóname por esta putada que te hice –.
-- ¿Que putada?, si es lo más maravilloso que una mujer pueda desear, además… me gustaría ponerle el nombre de tu madre –. Me dice.
-- ¿Le vas llamar al niño Carmela? –. Le respondí.
-- Jajaja, ¡no hombre!, me gustaría llamarle Carmelo –.

En ese momento me di cuenta de que mi vida había cambiado por completo, pero no me importaba, porque era el hombre más feliz del planeta y "Pitufa" sabía que no le iba a faltar de nada al pequeño, que daría mi vida por él y que siempre estaría a su lado.

Ayer celebramos su 7º cumpleaños, rodeado de sus padres, el novio de la madre, sus abuelos paternos y mi madre, aparte de varios compañeros del colegio con que Carmelo había tenido afinidad con ellos.

Sister act – I will follow him

Yo te seguiré, te seguiré a donde quiera que vayas y cerca de ti, siempre estaré porque nada me puede alejar, tú eres mi destino.
Y te seguiré desde que tú me tocaste el corazón, yo supe que no hay un océano tan profundo, ni una montaña tan alta que me pueda impedir estar cerca de tu amor.

Te quiero, te quiero, te quiero y donde vayas, te seguiré, te seguiré, te seguiré.
Yo te seguiré, te seguiré donde quiera que tu vayas, no existe un océano tan profundo, ni una montaña tan alta que me pueda impedir que me mantenga alejado.

Y te seguiré, seguiré donde te lleven, no hay un océano tan profundo, ni una montaña tan alta que nos pueda mantener alejados, lejos de tu amor.

Si, yo te quiero y te voy a seguir y tú siempre serás mi verdadero amor siempre, a partir de ahora y para siempre.
Te quiero, te quiero, te quiero y donde vayas yo te seguiré y yo te sigo a ti. No existe un océano tan profundo ni una montaña tan alta que nos mantenga lejos de nuestro amor.

Una vez abiertos los regalos y que la fiesta estaba a punto de concluir, Carmelo se dirige a mí y me dice:
-- Papi, ¿me pones la canción de las monjas que me gusta mucho? (la canción que podréis ver un poco más arriba) y la canción del "ángel de la guarda" –.
-- Sin problema cariño, ahora mismo te la busco en el dailymotion –.

Una vez conectado el portátil a la tele, le puse el vídeo que tanto le gustaba y la estuvimos cantando los dos y después la otra canción que mañana vais a poder leer y escuchar en "Pequeñas historias", que de seguro os gustará.

Cuando toda la gente se fue porque hoy hay cole, empecé a recoger todo lo que había sobrado de la fiesta, pero recogía contento, con la satisfacción de que mi hijo se lo pasó bien el día de su cumpleaños y ya de paso… ¡Tiene un padre estupendo! xD.

  Bruno Fernández (@BrunoFdz)  


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