Revista Infancia

Mi hijo de 2 años juega con sus cacas ¿Es normal este comportamiento?

Por Mamapsicologain @mamapsicologain
"No se qué hacer, mi hijo de 2 años y medio juega con sus cacas. Lleva una temporada que cada vez que tiene ocasión le he pillado jugando con sus cacas, incluso la última vez pintó con ellas una pared de casa y el sofá. ¿Es normal este comportamiento? ¿Qué puedo hacer?"
niño sentado en su orinal

Tras recibir varias consultas referentes a este tema este pequeño artículo tiene la finalidad de tranquilizar a todas aquellas mamás que se encuentran en esta misma situación: niños que juegan con sus cacas.


Algunos niños, alrededor de los 2 años y hasta los 3, tienen este tipo de comportamiento. Se quitan el pañal y se dedican a explorar qué es lo que hay dentro, o bien hacen lo mismo cuando están aprendiendo a utilizar el orinal. Son comportamientos exploratorios, que a pesar del asombro que causan en papás y mamás, son del todo normales en este período de edad.


No hay que desesperarse, la paciencia es otra vez la clave para superar esta fase, pero también debemos ser más rápidos que ellos. Quiero decir, que tan pronto observemos que tiene caca, estar atentos para quitarle el pañal antes que le de tiempo a investigar. Y lo mismo con el orinal. Rapidez para evitar sobresaltos y pinturas no deseadas. 


Nuestros hijos no juegan con sus cacas para hacernos rabiar, ni porqué estén enfadados con nosotros por algo. No tiene que ver con nada de esto, es solo su afán por conocer y explorar el mundo que les rodea lo que les motiva a manipular sus excrementos. Investigan, sienten curiosidad y manipulan, de igual modo que lo hacen con cualquier otro elemento u objeto. Es su modo de aprender y entender el mundo que se abre ante ellos.


La mejor forma que tenemos para evitar que sigan realizando esto es dejarles bien claro que este es un comportamiento que no debe realizar, pero sin alterarnos, sin aspavientos ni gritos. Cuanto más exagerada sea nuestra reacción ante tales conductas más probabilidad tenemos que las sigan repitiendo para comprobar el efecto que causa su modo de proceder. Así es que, calma. Con un no rotundo y claro cada vez que los observemos jugando o manipulando sus cacas debe bastar para que dejen de comportarse de así y finalmente decaiga su curiosidad por tocar sus deposiciones. 


photo credit: juhansonin via photopin cc

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