Como madre que soy de dos pequeños, que en el momento de escribir este artículo tienen 5 y 3 años, sé lo duro y difícil que pueden ser algunos momentos. Como madre, el comportamiento de mi hijo mayor (especialmente) me ha preocupado y me preocupa desde el día en que nació su hermano. Sus celos y su mal comportamiento para llamar la atención de todos no puede hacer otra cosa que preocuparme, aunque en realidad sé que es algo normal y parte de un proceso natural, me duele ver lo que hace para ser el centro de atención. Pero no lo puede evitar. No obstante, es un niño dulce y cariñoso, quiere a su hermano por encima de cualquier cosa y juntos lo pasan fenomenal. Quiero decir, es un niño normal, y a pesar que su comportamiento en ocasiones me saca de quicio, no es más que un niño que todavía tiene mucho que aprender.
Mi hijo me preocupa, sí, porque no me obedece tanto como quisiera, porque siente esos celos terribles, porque quiere salirse con la suya siempre, porque es terco y testarudo, porque le explico las cosas mil y una vez y no me entiende, ... Pero es un niño, un niño de 5 años y medio sumergido aún en una etapa egocéntrica, una etapa donde ponerse en el lugar del otros es todavía muy complicado y entender los motivos de los adultos es una misión casi imposible. Es un niño, no un adulto pequeño, por eso hay que repetir tantas veces lo mismo.
En cuanto a los celos decir que son inevitables. Nuestros pequeños no pueden hacer nada para no sentir la punzada del miedo a perder nuestro amor. Pensemos que los celos son un proceso de adaptación y maduración, normal dentro de la evolución de nuestros hijos. A través de los celos expresan sus miedos: miedo a perder el cariño que hasta el momento ha recibido, miedo a dejar de tener protagonismo, miedo a quedar desplazado, miedo a …De ello he hablado en repetidas ocasiones a lo largo de estos 2 de vida de este blog. Podréis encontrar artículos como los que os enlazo y leer más sobre esta temática que tanto nos angustia, pero papis, tranquilos, con mano izquierda todo pasará.
- El síndrome del príncipe destronado.
- Celos infantiles: Mi mamá es mía.
¿Y qué decir de la desobediencia? Pues, si bien es tarea nuestra la de poner límites y normas, cierta dosis de "desacato a la autoridad" es necesaria para que nuestros hijos desarrollen su propia visión del mundo y su criterio personal, en definitiva su personalidad. Eso no quiere decir quedebamos permitirles que en todo momento se salten las normas o no tengan ningún límite. Todo lo contrario, debemos seguir guiando a nuestros pequeños y limitando su comportamiento inadecuado pero sabiendo que es normal y necesario que un niño de 2,3,5 años nos desobedezca en algún momento u otro y no por ello tener algún problema que debamos resolver.
Puedes leer más siguiendo estos enlaces:
- Niños desobedientes ¿por sistema o por evolución?
- ¿Por qué no me hace caso mi hijo de 2 años?
El sentido común nos dice que un niño sano es aquel que se mueve, protesta, quiere salirse con la suya y que no para de ir de aquí para allá, un niño al que le gusta brincar, saltar, hacer ruido o gritar. Por tanto, aunque nos cansemos de decir, no corras, no saltes, no grites, no toques .... ellos por instinto natural correrán, saltarán, gritarán y tocarán todo aquello que les hemos prohibido. ¿Qué hacer? ... Disfrutar de nuestros hijos sin preocuparnos en exceso de su falta de obediencia.
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