Mi hijo no me come nada
A veces la alimentación de los niños es tan mala que los padres se enfrentan a un verdadero drama a la hora de dar de comer a sus hijos.
En general los problemas alimentarios empiezan a partir de los 2 ó 3 años, ya que hasta esa edad la variedad de la alimentación es más reducida y limitada en texturas y gracias al desarrollo de fórmulas de continuación, que poseen una textura y sabor similares a la leche materna.
Algunas veces se utilizan alimentos como recompensa -especialmente dulces-. Este comportamiento no es adecuado. Igualmente no deben utilizarse los alimentos como castigo.
Factores que afectan a la alimentación
Hay muchos factores que pueden afectar a la alimentación de tu hijo:
- Características físicas -no modificables-: edad, sexo, altura
- Actividad física
- Características psicológicas, como el estado de ánimo
- Entorno social: reuniones familiares, fiestas, etc
Los alimentos, la alimentación en general, está presente desde el mismo nacimiento. La alimentación no sólo se trata de un método de supervivencia, se convierte en parte de nuestra vida y relacionado con los hábitos de la familia y el entorno. Pero también imprime carácter en la personalidad individual.
Por eso es importante analizar tanto la alimentación de los padres como de su hijo.
Cómo hacer que tu hijo coma
Es importante propiciar un ambiente adecuado:
- una hora de comer y cenar
- comprar alimentos variados y saludables y no sólo comidas rápidas y dulces
- comer sentado en un lugar concreto -el comedor, la cocina, salón-
- en casa se come bien en general
- se promueve la actividad física
- alejado de distracciones, etc.
También es importante que se hagan los platos apetitosos y bien presentados.
Consejos para hacer la comida divertida
Si no come determinados alimentos, inclúyelos cocinados con otros alimentos o platos que le gusten.
Debemos ser razonables a la hora de obligar a comer determinados alimentos a los niños: la mayoría de las veces se trata de aversiones temporales a alimentos o debidas a la edad.
A los niños no suelen gustarles las verduras, las legumbres o el pescado.
A veces es mejor no insistir y simplemente seguir consumiendo ese alimento con el niño en la mesa como si nada. Muchas veces funciona y el niño termina por probarlo.
Es frecuente que se produzca rechazo hacia purés de una única verdura o purés con alguna verdura fibrosa.
No está recomendado el uso de complementos alimenticios ni otros productos diseñados para niños. Los niños deben aprender a comer alimentos y saborear sus texturas, no a comer de botes.
Consejos de alimentación infantil.
Si tras evaluar la alimentación del niño y de sus padres se observan conductas adecuadas, saludables y dentro de la normalidad, quizá sea momento de valorar la visita a un Psicólogo Infantil que pueda analizar el problema desde el punto de vista psicológico del niño, su forma de percibir los alimentos o su relación con la comida.