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Mi Hijo No Se Concentra, ¿Qué Puedo Hacer?

Publicado el 08 abril 2024 por Mamatienemuchosueno

A medida que nuestr@s retoñ@s van creciendo, el sistema educativo les exige un dominio cada vez mayor de las habilidades cognitivas. La concentración es una de ellas. Es importante cuidarla porque será la base de largos años de escolarización, y de ella dependerá, en buena parte, sus resultados escolares. Además, la concentración les servirá para solucionar los problemas del día a día, más allá del colegio. Por ello, debemos tenerla en cuenta como una habilidad necesaria que tod@s necesitamos desarrollar. Los primeros años de nuestr@s hij@s son especialmente importantes para ello pues es donde se sientan las bases para una buena concentración.

No obstante, existen ocasiones en que esta habilidad no se desarrolla como nos gustaría, apareciendo los primeros problemas de concentración. Generalmente, las primeras señales vienen en forma de queja desde el centro educativo: Que si el niño/a no se centra, que si no está quieto, que si no retiene información, que si no sabe gestionar sus asuntos adecuadamente. Algunas de ellas, quizás, ya las habremos notado en casa. Y es que la concentración es una habilidad general, que no solo se muestra frente al libro de texto, sino también en las actividades del día a día que exigen una cierta planificación, programación y/o dedicación.

Algunos síntomas de la falta de concentración

La falta de concentración dificulta gran parte de las actividades cuotidianas. Sus síntomas son:

  • Dificultad para trabajar durante un determinado periodo de tiempo en una misma actividad. Los niños y niñas que les cuesta llevar a cabo tareas adaptadas a su edad/maduración pueden empezar a mostrar problemas de concentración.
  • Imposibilidad para gestionar situaciones que ya deberían poder gestionar mínimamente en función de su edad/maduración (como por ejemplo, prepararse la mochila con unos 8 años)
  • Problemas de retención de información (en los aprendizajes escolares y/o a la hora de realizar acciones ordenadas verbalmente por un adulto o adulta)
  • Problemas de memoria

Todo ello adaptado a las exigencias que la persona puede gestionar en base a su edad y maduración. Lógicamente, un niño o una niña de 5 años que no se mantiene sentad@ durante largas horas o que no aprende a leer no está evidenciando problemas de concentración, porque lo que se le exige no está todavía a su alcance madurativo. Hablaríamos de problemas de concentración cuando, por ejemplo, no termina de pintar una ficha en un tiempo razonable y/o posee problemas para aprender contenidos de su edad, siempre y cuando no exista un trastorno base que esté interfiriendo en esta capacidad.

¿Por qué pueden darse los problemas de concentración?

La mala concentración puede ser consecuencia de diferentes posibilidades.

  • Como consecuencia a un mal aprendizaje acerca de cómo concentrarse (la persona no ha aprendido a ello). En este caso, la concentración puede reforzarse con tareas e ideas que luego comentaremos.
  • Personalidad caracterizada por una actividad muy movida e inquieta, sin que ello suponga necesariamente ningún tipo de trastorno. En estos casos, las tareas comentadas a continuación pueden ser, también, de gran ayuda.
  • Puede ser síntoma de algún trastorno que puede estar pasando desapercibido (como el TDA Trastorno por Déficit de Atención sin Hiperactividad o TDAH Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad). En este caso, además de probar con las tareas e ideas que luego comentaremos, conviene visitar al neuropediatra para comprobar si existe algún trastorno de base que deba ser tratado de manera profesional.

Además de ello, posee diferentes causas que pueden estar interfiriendo en ella:

  • Una sobreexposición de información y/u objetos que sobrecargan el pensamiento
  • Una sobreexitación emocional
  • Unas tareas cuyas exigencias no se corresponden con el periodo madurativo del niño o la niña
  • Un ambiente ruidoso, con temperatura desajustada, iluminación inadecuada y/o que, por cualquier factor, no resulta cómodo para la persona
  • Una gran falta de motivación de la actividad que demanda de esta concentración

Algunas ideas que funcionan para mejorar la concentración de los niños y niñas

Existen algunas ideas que, llevadas a cabo, mejoran la concentración de los niños y niñas y pueden incluso marcar un antes y un después en la ejecución de sus actividades. A continuación te cuento algunas de ellas.

Elige el momento adecuado

No todos los momentos son buenos para concentrarse. A veces debemos caer en la idea de que intentar hacerlo tras disfrutar de una actividad muy activa, o que nos ha producido un estado emocional alterado (positivo o negativo), no resulta beneficioso para conseguir un estado de concentración satisfactorio. Y esto no significa que a la persona le cueste concentrarse; es que es verdaderamente difícil hacerlo así.

Por ello, es importante que elijamos un momento en el que estemos tranquilos, en el lugar adecuado, para que la concentración se dé de manera más rápida y beneficiosa.

Elige el lugar adecuado

Las condiciones ambientales también son importantes para llegar a un nivel óptimo de concentración. El niño o la niña debe tener su zona de trabajo, lugar donde trabaje siempre que necesite concentrarse, para asociar el lugar con la habilidad. Generalmente, se recomienda que sea una mesa lo suficientemente amplia y espaciosa, bien iluminada con luz natural y artificial y provista de todos los materiales necesarios en cajoneras y/o estanterías cercanas.

Podemos crear este lugar desde que el niño o la niña es bien pequeñ@, y realizar en él actividades tranquilas en las que ya se deba dar cierto nivel de concentración. Por ejemplo, podemos instalar a nuestr@ hij@ de 2 o 3 años una pequeña mesa para leer, pintar y/o dibujar, y seguir con este rincón a medida que el peque vaya creciendo y sus exigencias atencionales también (deberes, lecturas…)

Fuera distracciones

La tele, los ruidos, los juegos y otras distracciones deben estar ausentes en el momento de concentrarse. Algunas personas se concentran mejor con música, pero esta debe ser instrumental; se ha demostrado científicamente que las letras interfieren en nuestro pensamiento y entorpecen nuestra concentración, pues son un foco de atención al que atendemos, aunque sea inconscientemente.

El silencio es el factor más adecuado para llamar a la concentración y que ésta sea adecuada.

Podemos mejorar la concentración fuera de las horas de estudio

Existen infinidad de recursos con los que mejorar nuestra concentración sin necesidad de sentarnos a realizar actividades de estudio.

Por ejemplo:

  • La lectura: Los cuentos son elementos muy útiles para mejorar la concentración, disfruntando de una actividad placentera que, además, posee muchos beneficios. Os invito a leer mi entrada «5 cuentos para trabajar la atención«, pues en ella os doy 5 títulos muy útiles para ello.
  • Actividades que impliquen atención sostenida: Como dibujar, pintar, hacer pasatiempos, cantar, bailar, e incluso jugar a las adivinanzas. Por cierto, ¿os acordáis del juego «Nombre, apellido, cosa, animal?» ¡Cumple perfectamente con nuestra misión!
  • Juegos: A través de los juegos también podemos mejorar las habilidades cognitivas implicadas en la atención. La plastilina, los Lego, puzzles y los juegos de mesa (como Dobble y Story Cubes, entre otros) son buenos ejemplos. Si quieres saber más opciones de juegos para mejorar la atención y la concentración, te invito a leer mi post «5 juegos para mejorar la atención«.

A tener en cuenta…

A la hora de trabajar para mejorar la concentración, debemos tener en cuenta que:

  • El castigo, los enfados y cualquier respuesta negativa por nuestra parte es totalmente contraproducente. Si nuestr@ hij@ no fija su atención es debido a que no ha aprendido a ello y/o que posee algún tipo de trastorno que está impidiendo su concentración. En ningún caso el castigo es una opción para mejorar, en todo caso empeorará la situación. Existen soluciones mucho más beneficiosas, como por ejemplo, probar las técnicas de las que te he hablado un poco más arriba.
  • Es necesario tener en cuenta el nivel de desarrollo del niñ@. Evidentemente, no podemos exigir un nivel de concentración que esté fuera de sus posibilidades.
  • Trabajar la concentración da sus frutos, pero estos no son inmediatos. El trabajo es un proceso que debe realizarse día a día, y en ocasiones, los resultados tardan bastante en observarse.
  • No tod@s l@s niñ@s a l@s que les cuesta concentrarse necesitan medicación. La medicación está indicada cuando existe un trastorno base y siempre bajo el criterio del pediatra/neuropediatra/psiquiatra.
  • Si, tras realizar estos consejos de manera rutinaria durante un tiempo, no encontramos mejoras, quizás sea hora de acudir al pediatra.

La concentración es una habilidad cognitiva que a todos nos cuesta, sobre todo en esos días en los que estamos más nerviosos, estresados y/o excitados. Un buen conocimiento sobre el tema nos puede ayudar a sobrellevar estas situaciones mucho mejor, tanto en nosotros mismos como en l@s más pequeñ@s.

Espero que mi entrada te haya sido útil. Si es así, ¡cuéntame en comentarios!

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