Ningún niño pide las cosas de malos modos o lloriqueando si esto no le sirve para obtener lo que desea. En el momento que nos demos cuenta que nuestro hijo se está convirtiendo en un niño que nos pide las cosas de este modo, es decir de mala manera, lloriqueando o presionando, debemos parar y examinar por qué, quizás lo hemos acostumbrado nosotros, sin querer, a utilizar el llanto o los malos modos para obtener lo que desea.
¿Por qué es importante que aprendan a no pedir las cosas lloriqueando o de malos modos?
Si nuestro hijo se ha acostumbrado a ser un "niño caprichoso", un pequeño tirano que exige y pide las cosas de malos modos o lloriqueando, tenemos un problema.
Por lo general, este tipo de comportamiento se ha ido aprendiendo a lo largo del tiempo. En alguna ocasión, o en más de alguna, nuestro hijo habrá comprobado cómo sus llantos o gritos han dado frutos obteniendo lo que quería tras una buena rabieta o dosis de persistencia.
Sin querer culpar a nadie, porque no se trata de culpar si no más bien de modificar una situación, debemos tener en cuenta que es posible que durante años hayamos ido acostumbrando a nuestro hijo a una forma errónea de comunicar y satisfacer sus deseos, pensado que todavía era pequeño y que era normal que llorase o se enfadara. Y lo es, pero también es cierto que como padres debemos educar la espera, la frustración y la aceptación de un no por respuesta. Lo que quiero decir es que tendremos que ser los padres los primeros en realizar un cambio en la forma de responder a sus demandas.
¿Cómo actuar si mi hijo pide las cosas de malos modos?
Estos consejos pueden ayudarte a mejorar la conducta de tu hijo. Aunque no será fácil en un principio y tengas ganas de tirar la toalla no te rindas, al final con paciencia y vamos a ir viendo pequeños cambios.
- Debemos explicar a nuestro hijo que no vamos a hablar con él ni a ceder si nos pide las cosas llorando o con pataletas (Tengamos en cuenta que estamos hablando de niños de más de 6-7 años, edades en las que las pataletas ya deberían ir desapareciendo). Cuando esté en esta actitud de rabieta o de extrema exigencia no castigaremos ni reñiremos, solo ignoraremos su comportamiento. Se trata de utilizar la técnica de la extinción.
- Le atenderemos cuando nos pida las cosas correctamente y si su petición es aceptable accederemos.
No será fácil, ya lo he comentado. Al principio nuestro hijo acostumbrado a obtener todo cuanto desea a través de llantos, rabietas y malos modos no va a entender que no se le atienda por lo que es esperable que este comportamiento vaya en aumento al inicio. Es decir, al principio te va a parecer que en lugar de mejorar estáis empeorando pero no te desanimes, es justo el efecto que tiene y vas por el buen camino,
Ante el aumento de llantos, rabietas y malos modos puedes aplicar la técnica del time-out, es decir, retirar al niño a su habitación hasta que se calme o bien aplicarnos la misma técnica a nosotros mismos. Si nos ausentamos por un momento será más difícil caer en sus provocaciones y al quedarse sin público a él le costará menos calmarse.
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