Mi llegada a Londres…

Recuerdo mi llegada a Londres como si fuera ayer… El 4 de Febrero del 2004. Esa mañana me levanté súper emocionada! Tenia el vuelo al mediodía y tenía que acabar mi maleta, despedirme de los míos y no quería para nada perderme ese vuelo!

Cuando ya parecía que tenía todo listo y estamos casi a punto de irnos al aeropuerto con mi madre y mi abuela, de repente me acuerdo que hacía una semana me había robado el DNI con lo que le pedí a mi madre que me cogiera el pasaporte de la caja fuerte. Después de varios intentos para abrirla… (en mi casa no somos muy practicas con las combinaciones!) finalmente conseguimos abrirla. Mi sorpresa fue cuando miré mi pasaporte y este, estaba caducado! Madre mía! Mi sueño de estar en Londres esa misma tarde parecía que se iba borrando de mi cabeza… Mi madre parecía algo contenta, dentro de ella pensaba “Bien, no se me va…” pero después de llamar a varios sitios descubrí que en Barcelona hay un lugar donde te hacen el pasaporte al momento y sin cita. Así que llamé a Easy Jet, cambié mi vuelo  y nos dirigimos a hacer mi pasaporte. Todavía había algo de esperanza, me decía a mi misma!

¡Finalmente conseguí mi pasaporte nuevo! Y a las 6 de la tarde me presento lista en el aeropuerto de Barcelona con 3 grandes maletas que puestas juntas, ocupaban más que yo. Los vuelos con Easy Jet eran tan baratos en aquel entonces, que incluso mi madre se apuntó en mi aventura. Como buena madre, no se acababa de fiar para dejarme marchar sola a mis 18 años en un avión y mucho menos, llegar a una ciudad como Londres. Así que nos aventuramos juntas a mi nuevo destino. El vuelo fue bien y el aterrizaje también. A las 9:30 de la noche , aproximadamente, hora inglesa llegamos al aeropuerto de Luton. Después de 2 largas horas en autobús, llegamos a Victoria.

Sabía donde se encontraba el hostal, así que miré el mapa del metro y parecía bastante fácil llegar. Lo que no me espera era encontrar miles de escaleras en la estación de Victoria! “Si lo llego a saber no traigo tanto equipaje” me repetía a mi misma!! Menos mal que los ingleses son muy gentleman, y un chicho muy majo se ofreció a ayudarnos con todas la maletas. Pobrecillo dio más viajes arriba y abajo que un tiovivo. Finalmente entre lo tarde que era y lo cansadas que estábamos, decidimos coger un taxi para llevarnos hasta mi hostel, y menos mal, porque ni siquiera el taxista conseguía encontrar el lugar! Imagínate si éramos mi madre y yo, solas, cargadas con las maletas y de noche por esas calles que nos parecían todas iguales!!

Finalmente llegamos al hostel y nada más entrar nos encontramos con un grupo de españoles en la recepción que nos recibieron con risas y de muy buena manera! Eso parecía un “Gran Hermano”. Todos jóvenes, súper simpáticos y encima, que te hacían sentir como en casa! A mi madre le dio muy buena espina, no podía imaginar un lugar mejor donde dejarme. Teníamos una habitación reservada para las dos, pero al día siguiente yo me mudaría a otra habitación conjunta con otras 2 chicas, tenía tanta curiosidad por conocerlas… pero tenía que esperar hasta la mañana siguiente! Esa noche ni siquiera cenamos, estábamos muertas! Pero yo me fui con una gran sonrisa a dormir , porque finalmente estaba en la ciudad de mis sueños, por fin podía decir que vivía en Londres!

MORALEJA: No seas exagerad@ y llévate lo indispensable, si llegas muy tarde mejor que contrates un servicio de transfer y sobretodo, un par de días antes, asegúrate que tienes el pasaporte o el DNI en orden!