Revista Opinión

MI LOGIA MADRE, del Hermano Masón Rudyard Kipling.·.

Publicado el 29 junio 2015 por Habitalia
Del Hermano Masón Joseph Rudyard Kipling (Bombay, 30 de diciembre de 1865 - Londres, 18 de enero de 1936) fue un escritor y poeta británico nacido en la India.

Algunas de sus obras más populares son la colección de relatos The Jungle Book ( El libro de la selva, 1894), la novela de espionaje Kim(1901), el relato corto The Man Who Would Be King (El hombre que pudo ser rey, 1888), publicado originalmente en el volumen The Phantom Rickshaw, o los poemas Gunga Din (1892) e If- (traducido al castellano como Si..., 1895)

Allí estaba: Rudle, el jefe de estación

Peazley, de la Sección de Vías y Trabajos

Donkin, funcionario de la Prisión,

y Blake, el Sargento instructor

que fue dos veces nuestro Venerable;

y también, estaba el viejo Franjee Eduljee

dueño del almacén "Artículos Europeos...

Fuera nos decíamos: "Sargento" o "Señor",

dentro, en cambio, "Hermano", y así estaba bien.

Nos encontrábamos en el Nivel,

Yo era el segundo Diácono.

Estaba también, Bola Nath, el contable,

Din Mohamed de la oficina del Catastro,

y Castro, del taller de reparaciones

que, por cierto, era católico romano...

Nuestros ornamentos no eran ricos

y nuestro Templo era viejo y desguarnecido,

y los observábamos escrupulosamente...

A veces, cuando miro atrás

me viene a la cabeza este pensamiento:

"En el fondo, no había incrédulos

al margen, quizás de nosotros mismos..."

y, así, cada mes después de la Tenida

nos reuníamos para fumar.

No nos atrevíamos a hacer banquetes

alguna norma de cualquier Hermano.

Y hablábamos a fondo, de Religión y de otras cosas.

cada uno de uno se refería

al Dios, que conocía mejor,

y los Hermanos tomaban la palabra

y nadie se inquietaba.

Nos separábamos con el alba,

cuando se despertaban las cacatúas

y los malditos mosquitos portadores de fiebre.

Entonces volvíamos a caballo

y después de tantas palabras

jugaban al escondite dentro de nuestras cabezas.

Muy a menudo, desde entonces,

mis pasos errantes al servicio del Gobierno

han llevado mi saludo fraternal

desde Oriente a Occidente.

¡Y cuántas veces he deseado volver a verlos a todos!

A todos los de mi Logia Madre,

¡Cómo querría volver a verlos!

A mis Hermanos, negros o morenos,

y sentir el aroma de los cigarrillos indígenas

mientras deambulaba por allí... el que encendía la luz,

y el viejo de la limonada

removía por la cocina.

Y volverme a sentir un Masón perfecto.

en esta mi Logia de hoy.


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