Revista Libros
Marina Tsvietáieva (1894―1941) hizo de su vida su obra. Lectora incansable y escritora precoz como la mayoría de los escritores de su generación, siempre mantuvo una firme confianza en su talento y estilo, realista y poético. Nació en el seno de una familia intelectual. Su padre Ivan Vladimirovich Tsvetaev, fue profesor de Bellas Artes en la Universidad de Moscú y uno de los fundadores del Museo Pushkin en la misma ciudad. Su madre, Maria Alexandrovna Meyn, segunda esposa de Ivan, fue una brillante concertista de piano. "Cuando en vez del tan deseado, previamente decidido, casi ordenado hijo varón Alexandr, nací solamente yo, mi madre, tras haberse tragado orgullosa un suspiro, dijo: Por lo menos será músico».
Mi madre y la música es una pequeña obra en prosa de una profunda intensidad sonora, donde Marina narra el duro aprendizaje del piano durante su infancia al tiempo que confiesa una relación difícil. "Mi madre no educaba―experimentaba: la fuerza de resistencia,― ¿cedería o no la caja torácica? No, no cedió, pero se ensanchó de tal forma que después ―ahora―nada la calma, nada la colma. Mi madre nos dio de beber de la vena abierta de la Lírica, como nostras después, habiéndonos abierta la nuestra sin piedad, intentamos dar de beber nuestros hijos la sangre de nuestra propia tristeza. Qué suerte para ellos ―que no lo conseguimos, para nosotros ―¡que lo consiguiera! Después de una madre así, solo me quedaba una cosa: convertirme en poeta. Para hacer uso del don que ella ―me había dado, y que me habría asfixiado o me habría convertido en una transgresora de todas las leyes humanas."
Tsvetáyeva acaricia con sus palabras a esa mujer rehén de su propia incapacidad para comunicarse con el mundo y de ser comprendida. Las teclas, las notas en una partitura, el taburete, la madera del piano, los pedales, ¡el metrónomo!...
El piano estaba todo abierto, y en él las cuerdas se inquietaban…
Ese mundo que su madre le enseñó a descrifrar, le abrió la puerta a una melodía personal con la que compuso sus versos:
De la hoja las notas se desplomaron de los labios las revelaciones…
MI MADRE Y LA MÚSICA acaba de ser publicada por Acantilado.
Excelente traducción de Selma Ancira.