Llegó la Navidad y, por suerte o por desgracia, es una época en la que tendemos al desnudo a la reflexión. Deberíamos reflexionar todo el año, es cierto, pero pareciera que estas fechas, en las que nos reunimos con los nuestros, nos incitan a hacerlo de una forma más consciente.
Solemos llenar los timelines de buenas vibras, felices deseos, agradecimientos y balances del año que ya se nos va. Este año, para retomar mi blog, necesito hacerlo yo también y por ello he preparado mi balance. Allá va mi medio desnudo.
Pena. Ha sido un año difícil para mí, con despedidas que no tenía previstas aunque sí pendientes. Me repitieron miles de veces que “el tiempo lo cura todo”. No lo quise creer hasta que empecé a curarme. Os confieso que aun no me he repuesto del todo pero os aseguro que pronto lo haré.
Fuerza. Ha sido un año duro y rodeado de incertidumbre. He padecido vértigo y pensé que no llegaría a tocar fondo. Lo hice, y me levanté.
Adrenalina. Ha sido un año nuevo para mí, con nuevas personas, nuevos sentimientos y nuevos retos. He hecho cosas que siempre deseé hacer. El pensar que una tiene poco que perder, ayuda a ejecutar acciones más arriesgadas. Descubrí que el riesgo y el cambio no siempre tienen connotaciones negativas.
Soledad. Ha sido un año para tomar decisiones unilaterales. He escogido nuevos caminos y, en algunos casos, nuevas autopistas hacia destinos desconocidos. Ha sido uno de los años que he estado más rodeada de personas. Aun así, nunca me había sentido tan sola entre tanta gente.
Aprendizaje. Ha sido un año en el que he cumplido mis 30, tan esperados en algunas ocasiones pero tan inoportunos en otras. Siempre creí que justo a esta edad tendría todo eso que una mujer quiere o cree querer. La sociedad nos lleva a chequear unas premisas que no siempre son las más acertadas.
Constancia. Para terminar, ha sido un año de locos. No he parado de trabajar duro y aprovechar las oportunidades que me han ido llegando. Creo no haber desperdiciado ni una.
Creo haber dado con las 6 conceptos clave para resumir mi 2013. No puedo evitar sentirme afortunada. Si hoy puedo escribir todas estas palabras juntas es gracias a mi familia que siempre me ayuda de forma incondicional, a mis amigos que se encargan de regalarme sonrisas y buenos momentos y al trabajo que realizo ya que me ayuda a sentirme realizada cada día. El 2014 viene fuerte y, en parte, es gracias a todos vosotros.
Así despido yo el 2013 y me preparo para abrir un año nuevo y lleno de atractivos proyectos en los que involucrarme.
Gracias a todos por todo.