Mi Navascués del alma…

“Dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición”

Perdonad, no lo digo yo, lo dice el refrán. Y el refranero español, es vox populi, es sabio como ninguno y rara vez se equivoca. De lo que no nos advierte el refrán es de que se puede dar el caso de que los durmientes, lejos de impregnarse de las virtudes del contrario, pueden contagiarse de sus defectos.

Éste es, tristemente, mi caso. En vez de imitar y asumir como propias mis incontables virtudes, el señor que vive en mi casa ha conseguido que se me peguen sus infinitos defectos. Uno de ellos, algo que he odiado toda mi vida, la impuntualidad.

Tarde, muy tarde, llegué el viernes al “desayuno de amigas” al que me habían invitado mis queridas Cristina Martínez-Pardo Cobian e Itziar Armand Boyer con motivo de la presentación de la colección de Comunión 2014 de la firma Navascués. Menos mal que hay confianza y donde hay confianza… ya se sabe.

Me encanta ir a Navascués porque es ir a un atelier de los de toda la vida, porque siempre me han tratado fenomenal, porque me encanta pasear entre telas y porque me divierte que me mata “cotillear” los vestidos de novia, de noche y de comunión que cuelgan de las perchas.

El desayuno estupendo, nada light pero estupendo; la compañía maravillosa y; la colección espectacular: diseños preciosos y materiales de auténtico lujo. ¡Qué telas!, !qué puntillas! No me extraña nada, y lo digo por experiencia, que las niñas se sientan como princesas probándose esos vestidos en esos salones enormes de techos altísimos.

Y, cuando ya no sé qué más decir, digo lo de siempre: si una imagen vale más que mil palabras, imaginaros el speech que suponen todas las fotos que os voy a enseñar…

Pero antes os dejo el teléfono por si queréis pedir cita (indispensable sobre todo en época de comuniones) y el enlace para ver la web y muchos más vestidos de los que yo os he enseñado.