Cada niño, igual que cada adulto, tiene su propia forma de ser, su modo de expresarse y mostrarse al mundo. Hay niños que se esconden detrás de mamá o papá y se agarran de sus piernas buscando seguridad cuando se encuentran en una situación nueva o deben saludar a un desconocido. Otros, en cambio, afrontan este tipo de situaciones sociales sin ninguna dificultad, mostrando un desparpajo absoluto. No hay que olvidar que son niños y es normal que en determinadas circunstancias se sientan intimidados.
¿El niño tímido nace o se hace?
Pese a la existencia de causas físicas como enfermedades que pueda sufrir el niño y factores biológicos o genéticos que predisponen a la timidez, ésta es una conducta en su mayor parte aprendida. El estilo educativo de los padres es un factor predisponente a la timidez infantil. La severidad excesiva, la rigidez, la crítica, las burlas o la desaprobación frecuente que podemos observar en padres autoritarios y muy exigentes, así como la sobreprotección desmedida, pueden causar que el niño crezca sintiéndose inseguro e incapaz de desarrollar sus habilidades sociales de forma adecuada. Se ha observado también que los padres de niños tímidos tienen una vida social poco activa, por lo que el niño tiene pocas oportunidades de observar comportamientos sociales y de ponerlos en práctica. Así, un niño que acude poco a las fiestas que se organizan en su guardería o colegio, que frecuenta poco el parque o en él juega solo, que siempre está bajo la constante mirada sobreprotectora de padres o abuelos, … probablemente crecerá con una carencia de habilidades sociales. Mientras que los hijos de padres más activos socialmente, que acuden con frecuencia a todos los actos que organiza la escuela, que promueven que su hijo se relacione con sus compañeros de clase fuera del horario escolar, asistiendo a cumpleaños o al parque con otras mamás, … serán niños con más probabilidades de desarrollar unas habilidades sociales más adecuadas.¿Qué puedo hacer cuando mi hijo se muestre con timidez?
Es posible que hayamos vivido en más de una ocasión con nuestro hijo de 3 –4 años alguna situación en la se ha mostrado muy tímido, escondiéndose detrás nuestro o tapándose la cara con las manos. Es posible también que en tal circunstancia hayamos reaccionado diciéndole “¡Venga hombre, saluda a la señora que no pasa nada!” y él ha hecho todo lo contrario, ha seguido detrás nuestro pegado, agarrándose fuertemente a nosotros. Y es que cuando nuestro hijo actúe con timidez o retraimiento, lo mejor que podemos hacer es no hacer caso, como si nada, no obligarle a saludar, no insistir, no forzarle. Cuanto más le digamos peor, menos conseguiremos. Él seguirá escondiéndose más y más. En cambio si seguimos hablando como si nada, como si su actuación no tuviera importancia, lo más probable es que se vaya relajando y cogiendo más confianza, hasta tal punto que acabe actuando con normalidad. Aceptar sus reacciones, su modo de ser, es la mejor forma de actuar ante un niño que se muestra tímido y retraído. Sin embargo los padres podemos ayudar a que nuestro hijo vaya venciendo poco a poco esta timidez, favoreciendo, incentivando el desarrollo de nuevas conductas de relación social, por ejemplo- Llevarle al parque para que se relacione y jugué con otros niños y haga nuevos amigos.
- Evitar contestar por él cuando le hagan preguntas, dejar que se exprese libremente.
- No castigarle, reprocharle o criticarle por su timidez.
- Evitar compararle con otros niños, esto aún les genera más ansiedad.
- Hacer actividades en grupo con otras madres y padres de la guardería o escuela.
- Aceptarle tal y como es.
- Evitar sobreprotegerle, no le ayuda, todo lo contrario, fomenta este tipo de reacciones.
- Animarles a hablar en público, cantar, disfrazarse,… siempre sin que sea una imposición y que ellos tengan ganas de hacerlo.