Siempre he andado preocupada por la alimentación de mis hijos. Desde que nacen , los dilemas que a veces plantea la lactancia, habrán comido suficiente, se quedaran con hambre… y a partir de ahí cuando empiezas a introducir nuevos alimentos siguiendo las indicaciones del pediatra, o cuando se te acaban las ideas para hacer que las verduras sean divertidas, que las legumbres no sean un problema o que no les cueste tomarse un vaso de leche, pasas por una serie de etapas en las que descubres, que aunque todos sean hijos tuyos, cada uno es un mundo, con personalidades distintas, y gustos, también para la comida, distintos.
Desde pequeñitos han estado en el comedor escolar, y yo en casa para las cenas combinaba los menús escolares para que su alimentación fuese lo más variada posible y que sus necesidades nutricionales estuviesen siempre cubiertas.
Al final descubrí que unos comían bien en el cole, pero que otras, no, y empecé a preocuparme sobre si estaba haciendo lo correcto y me di cuenta de que cada niño se va buscando la forma de escapar de lo que no le gusta y al final, por muy pendiente que estuviese el personal del colegio, mi hija no comía nada… cada vez más delgaducha y llegando a casa con un hambre atroz. Después de consultar con mi pediatra decidí, siguiendo sus indicaciones, realizarme una serie de preguntas, para tratar de identificar las costumbres alimenticias de mis hijos:
¿Toman un número limitado de alimentos? ¿No quieren probar alimentos nuevos?, ¿No quieren verduras?, ¿les gusta mucho comer una serie de alimentos mientras que otros no los quieren ni en pintura? ¿Crean problemas a la hora de comer?, ¿comen demasiado lentos?.
Cuál fue mi sorpresa al comprobar que para la mayoría de las preguntas la respuesta era un SÍ como una catedral y que realmente a pesar de mis esfuerzos mis hijos no comían bien.
Me puse a buscar información y a pedir ayuda de cómo solucionar este problema, y esta búsqueda me llevó a la inclusión de una serie de hábitos a la hora de las comidas que sigo utilizando y que, en mi caso, han funcionado y que recomiendo a todo aquel que quiera probar con ellos e intentar por este camino solucionar este problema.
Recomendaciones para niños que no quieren comer
Rutina por sistema ya que como cualquier cambio, para cualquier persona, el proceso es lento y hay que ir poco a poco siguiendo cada vez los mismo pasos.
No dejarles comer entre horas, cada comida a su hora, formando todo parte de la rutina diaria. Esto no quiere decir que no haya algún día ESPECIAL que como tal y muy de vez en cuando hagamos, también con respecto a la comida algo también ESPECIAL.
Comer en el mismo lugar, y manteniendo los sitios de cada uno a la hora de sentarnos a la mesa..
Comer con ellos, intento en la medida de lo posible estar a la hora de la comida con ellos, bien es sabido que el ejemplo de sus mayores es muy importante a medida que nuestros hijos van creciendo. Yo personalmente he tenido la suerte de que en mi puesto de trabajo me han facilitado el elegir el horario para poder hacerlo, pero al principio y aunque fuese muy temprano para mi este punto lo ponía en práctica a la hora de la cena..
Eliminar distracciones como televisión y juegos, me costó trabajo darme cuenta de lo que la tele se interponía a la hora de las comidas, pero al final he descubierto que con el paso del tiempo el no tener la tele delante nos hace a todos disfrutar mucho más de este momento.
Hacer todo lo necesario antes de sentarnos , ir al baño, lavarnos las manos, que esto después no sea la excusa perfecta para levantarnos cuando la comida ya está en la mesa., y además les recuerdo las normas básicas a la hora de la comisa, el estar sentados sin levantarnos, el comer con la boca cerrada o utilizar correctamente la servilleta. Y los cubiertos…
Felicitarles cuando lo hacen bien , importante el hacerles sentirse seguros y apoyados.
Cuando todos hemos acabado y considero que la hora de comer ha terminado, les retiro el plato, hayan comido o no… en más de una ocasión han ido de vuelta al cole sin haber comido nada… pero os aseguro que estos episodios van disminuyendo poco a poco. En alguna ocasión les he vuelto incluso a poner para la cena la misma comida. Esto es cuestión de gustos a mi me ha funcionado.
Llegados a este punto es cuando me planteé el introducirles un complemento alimenticio que durante estos períodos de adaptación a las nuevas normas me asegurase el aporte de nutrientes. Fue cuando descubrí Pediasure, aunque es un complemento alimenticio, para ellos es como el cacao que tanto les gusta ponerle a la leche.
Pediasure
Estos complementos alimenticios no contiene ni gluten, ni lactosa y contiene vitaminas y minerales como HIERRO, tan importantes para su desarrollo. Además se disuelve muy bien en la leche e incluso existen batidos individuales que pueden llevar a cualquier parte. Está especialmente indicado para niños de 1 a 10 años y lo hay de varios sabores, chocolate, fresa o vainilla..
Aquí os dejo algunos de ellos:
Pediasure Polvo Chocolate
Pediasure de Fresa
Pediasure de Vainilla
Os deseo el más rotundo de los éxitos y os digo que realmente con tiempo y paciencia, se consigue.
Si tenéis algún problema en especial sobre ellos podéis dejar un comentario en este artículo y os intentaremos ayudar.
1ª Foto realizada por deltaMike
2ª Foto realizada por c.r.avery