Hay libros que uno uno tiene que leer para preguntarse cosas. Y, si bien es cierto que a algunos les sonará a chino tener entre las manos una novela que solo habla de Instagram, para otros, para toda una generación puede ser el inicio de su tabla de salvación.
El argumento, el estilo de narración y la estructura del relato es muy sencilla: Greta Godoy se convierte casi sin quererlo en una instagrammer y poco a poco su vida va quedando supeditada a esta Red que pocos identifican como un trabajo pero engancha hasta que se convierte en una forma de vida. Y … después de mucho pensarlo, decide dejarla.
El libro contiene mensajes claros y comprensibles para todas esa generación de millenials que ve su futuro a través de las redes y les cuesta mirar más allá de la pantalla. Hay vida más allá de Instagram, de los intercambios de likes y de la retransmisión en directo de lo que estamos haciendo para disfrutarlo más cuando alguien nos da su aprobación. La protagonista – que comparte en la novela su propia historia- te invita a pensar que todo eso tiene que cambiar porque ¿de qué sirve? ¿Cuántos de tus seguidores irán a verte al hospital si caes enferma? ¿Cuántos te conocen de verdad? ¿Cuántos te echarán de menos si un día desapareces de la Red?
Con todas las respuestas se va construyendo una novela a la que merece la pena acercarse aunque sea solo por ponerle palabras a lo que las redes sociales nos están haciendo. A esa inmediatez que no nos deja vivir, a la sonrisa constante que siempre le mostramos a los followers y a la necesidad de cercanía que nos niega la pantalla.
Os la recomiendo, si. Tenéis que leerla.