MI PADRE
Siempre le vi contento, enamorado de mi madre, más de 50 años, orgulloso de sus hijos, feliz con su trabajo en la ganadería y la agricultura. Mis recuerdos más lejanos son los de jugar con él entre sus brazos, aupado a sus hombros, llevado en el soporte de la bici a su pueblo de Carnero, llevarle la merienda al campo, acompañarle a Villanueva de Cañedo con la abuela Silvia, escucharle canciones de su tiempo, cómo conoció a mi madre en Calzada de Don Diego y su persistencia hasta llegar a ella, su natural facilidad para conversar y hacer amigos, su pasión por las corridas de toros, su buen apetito y habilidad para preparar un buen yantar, sus "prontos" de enfado y quejas ante el dolor que pronto se le pasaban, su militancia como adorador nocturno en el pueblo, su rosario por Radio María, su disponibilidad para echar una mano en la matanza, en el campo, en la Hermandad de labradores o jubilados, en Gredos entre los jóvenes (también con Abe, Rogelio, P. Ramón), su prontitud para acudir a las actividades de sus hijos en Cursillos, Milicia de Santa María, su gusto por el baile y las cartas, su deseo de tenernos a todos junto a él en el hogar…¡Gracias, mi Dios, por tal papá! Llevaba en sus arrugas el trabajo de verdad, pero siempre sonriente, dando un paso más. Si me piden un recuerdo yo me quedo con las rosquillas de Ledesma que siempre nos traía cuando iba los jueves a la feria del ganado. Y la última, nuestro rosario en el cementerio dedicado a nuestra madre, a Juani, ylos abuelos y a los tíos y amigos.
Sé que estuviste muy bien atendido por todos los hijos, familiares y amigos. Que confesaste y comulgaste, que recibiste la Unción de Enfermos, que seguiste hasta el final con el Rosario. Perdona que no pudiese estar allá físicamente aunque tú en nuestra despedida de junio presentías que era nuestro último abrazo. Desde el Perú, con mi oración y mi cariño rezo por ti, te agradezco, me alegro de que ya estés con los sers queridos y me despido: ¡iÁdiós, hasta el Cielo!
José Antonio
P.D. Mi primera foto (a su izquierda) en la que no sé por qué no quería salir.