Revista En Masculino

Mi padre

Por Hombre Al Aire @hombrealaire

La educación de cada uno denosotros comienza en casa, a partir del núcleo familiar es que podemos repetirpatrones culturales que vienen establecidos de tiempo atrás. El machismo,forjado en la estructura patriarcal de nuestra sociedad occidental, no es laexcepción de esta regla. Lo recibimos por nuestros padres, algunos pueden decirque es la madre quien lo transmite y lo preserva, la realidad es que lo hacenambos. De niño, uno necesita la figura paternal, representada por el padre, eltío, el abuelo, o quien sea, tanto como la figura maternal con la madre, latía, la abuela, en fin.
En mi caso, no se si fue laausencia de mi madre la que provoco que no tuviera una imagen clara de cómotenía que comportarse un hombre o bien, que mi padre venía rompiendo un patrónfamiliar.
Mi papá fue el mayor de loshombres de su familia era el segundo (aunque debió ser el 4º pues a mi abuelale fallecieron de pequeños un hombre y una mujer), al tener el papel del primervarón, mi abuelo se encargo de conferirle grandes responsabilidades desde queera pequeño.
Él dejo de estudiar la primaria apetición de mi abuelo quien lo obligo a salir a la calle a “desquitar lo que ensu casa comía”; desde entonces comenzó el distanciamiento entre mi padre y miabuelo. Conforme mi padre creció vivió violencia física por parte de mi abuelo,le toco ser testigo de más de una infidelidad que él hacía, incluso saber quese había casado con más de una mujer. Con mi abuela no se casaría hastacumplidos, casi, los 90 años. Esta desvinculación lo llevo a refugiarse en elalcohol.
Recuerdo que en una ocasión,precisamente en estado de ebriedad mi padre me confesó el rencor que tenía paracon su padre, el sabía que tenía que perdonarlo, pero no sabía cómo y no creíaser capaz de hacerlo y la razón por la cual no podía el expresar sussentimientos a otras personas, parejas, su hijo; era por el trato que su padrele dio, si él no había recibido amor, no se sentía capaz de poderlo compartir.
Durante mi infancia mi padre fuemuy ausente, mi mamá no vivía con nosotros y el tenía que trabajar, por lo queyo solo lo veía durante las mañanas, antes de irme a la escuela y por lasnoches, cuando regresaba de trabajar. Por parte de mi padre nunca vi que,comportamientos atribuidos a mi abuelo, fuera repetidos en mi casa, mi padrenunca me golpeo ni recuerdo que me hubiera gritado, sabía, y aún sabe, que tonode voz utilizar para mostrar su desacuerdo con algo y hacer algún reproche porello.
Si mi padre hubiera repetidopatrones familiares, es probable que yo no estuviera escribiendo esto, de él heaprendido muchas cosas pero golpear, ser un hombre agresivo o un mujeriego, élnunca lo mostró.
A veces me gusta pensar que mipapá, al comenzar a romper ese patrón familiar, dio pie a que yo tuviera estetipo de crisis, pues es una persona que no sabe expresar sus sentimientos,pero, paulatinamente se ha abierto al intento de hacerlo. Se le dificulta porel rencor acumulado, pero lo intenta.
Por mi padre fue que comencé esteblog, sentía que necesitaba sanar ese vínculo pues, al ser una figura ausente,necesitaba comenzar a acercarme a mi papá, comenzando por mi masculinidad paraintentar descubrir si, en ese camino, podía encontrarlo. Mi padre siempre haestado ahí conmigo, pero se que lo que no me dejaba verlo fue centrarme en laausencia de mi madre.
Si, para poder descubrir mimasculinidad y la fuerza y energía que ello implica no solo debía acercarme ami padre, sino también a mi madre, en realidad a ambos, a los dos juntos y almismo tiempo, eso lo descubrí en constelaciones familiares. Ahora, correspondehablar de mi madre.

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