Revista Psicología

Mi padre tiene cáncer

Por Ariadnagonzalez

Ya ha pasado casi medio año desde que un indeseable invitado se coló en casa. 


Mi padre tiene cáncerEn realidad llevaba más tiempo todavía, pero se presentó a principio de año dejándonos por delante un año amargo y difícil para todos. Desde que el cáncer entró en la familia, nos ha cambiado la vida. Está claro que la parte más difícil y la que no puedo llegar a comprender totalmente es la parte de mi padre. Nadie que no ha pasado por ahí podremos entender que sentimientos, inquietudes y miedos pasan las personas cuando ven una amenaza de esas características en su vida. Desde mi interés por la oncología y por todos los avances médicos, nunca me había planteado totalmente como puede llegar a cambiarte la vida una enfermedad así, que como siempre digo, te recuerda que tenemos fecha de caducidad en este mundo. Siempre me había inquietado por esta especialidad y había intentado empatizar con sus pacientes. Pero ahora más que nunca. Ahora he podido vivir desde la cercanía el cambio que se produce en el día a día. La vida cambia. Al enfermo y a sus familiares. Estos tratamientos son largos y muy duros de llevar. Además de luchar contra el cáncer, consiguen llevarse tu bienestar y que disminuyan tus defensas. Son tratamientos que debes tomar aunque no te encuentres mal, pero que van a hacer que lo estés en poco tiempo. Y esto no es fácil de entender ni de sobrellevar. Sabes que debes tomarlo y acudir al hospital a administrarte un nuevo gotero, pero también sabes que tras el proceso llegará el malestar general. La impotencia. El miedo. Inseguridad.Estos sentimientos también llegan a los familiares, que aunque no estemos pasando en primera persona la enfermedad, es algo que hay que llevar entre todos. Juntos y unidos. Más que nuncaMuchas veces resulta difícil una situación nueva con grandes cambios de humor, pero entre todos es importante apoyarse y salir adelante. Una situación que te pone a prueba día a día. No es tanto el miedo por la enfermedad en sí, ya que confío en la medicina totalmente y en los tratamientos que hay actualmente en el mundo de la oncología. Más bien es la impotencia que genera durante largos periodos de tiempo, el saber que hay que esperar a una nueva prueba de control, la inseguridad de bienestar de tu ser querido y el no saber muy bien como enfocarle el tema en los momentos difíciles. Porque los hay. Momentos de más susceptibilidad en casa, cambios de carácter que no sabes muchas veces como afrontar; discusiones y enfados, debidos a la impotencia que la enfermedad genera, enfocados y proyectados, muchas veces a las personas que más cerca tienen, a quienes más quieren… Te encuentras ante problemas no resueltos o muchas veces “infravalorados” que afloran en momentos de debilidad emocional; situaciones límite causadas por la inseguridad y los sentimientos difíciles y enrevesados que genera la percepción de inestabilidad del cáncer. Por otro lado, el cáncer me está enseñando a ver la vida de otra forma. Valorar cosas más simples con más intensidad. Y sobretodo a la hora de plantear mi futuro como profesional de la medicina con más inquietud y empatía de la que nunca habría imaginado. Podré comprender mucho mejor a los pacientes, a sus familiares. Haber convivido con la enfermedad de cerca me ayudará a empatizar más con ellos. Espero en un futuro poder transmitirles la serenidad que hace falta en estos casos y la paciencia y el control que hace falta para seguir día a día con ánimo y fuerza. Que muchas veces habrá bajadas y días difíciles, pero serán para volver con más fuerzas. Para continuar el camino y el tratamiento con más ánimo para vencer esta enfermedad. Fuerza que hace falta tanto al enfermo como a los familiares que están pasando también por momentos complicados y por los que nadie nos ha enseñado antes a vivir. Optimismo para seguir adelante y dejarse llevar por los médicos que siempre van a ofrecer el enfoque más adecuado que haya demostrado eficacia en esos momentos. La confianza en la medicina y en la vida es fundamental en estos casos. Ganas de seguir adelante. Paciencia y ánimo para todas las personas que se encuentren ante una situación difícil como lo es un cáncer. Aprender a vivir la vida de otra forma. Valorando las pequeñas cosas y la felicidad de cada nuevo día, lleno de miles oportunidades junto a tus seres queridos.
“Lo más bonito de ser feliz es que crees que ya no volverás a estar triste”.I. R.
Autora de l blog "Si es posible con una sonrisa"Hija de afectado por el cáncer 

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