Revista Diario

Mi par de botas comienza a fallar

Por Negrevernis

Comprobé con disgusto que las botas marrones ya empezaban a fallar: suela evidentemente gastada, más por el lado derecho que por el izquierdo, una ligerísima fractura interna y central y una clara tendencia al despegue del talón, apenas visible para un ojo no experimentado, pero no para mí, aficionada a tener pocos zapatos y vigilarlos constantemente para detectar, sin sorpresas, el paso de los años. El balance, en general, cuasi negativo: necesidad urgente de minimizar el gasto y extender en el tiempo la vida limitada de mi par de botas, detectar los fallos incipientes y buscar una solución transitoria, ya que no definitiva, localizar el espacio óptimo para lograr la máxima supervivencia de las suelas y reducir el abuso de las mismas en situaciones metereológicas adversas.
Mi par de botas comienza a fallar.


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