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Mi parto: mitad natural, mitad epidural.

Publicado el 19 junio 2015 por Estilostiletto @estilostiletto

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Dicen que después del parto se olvida el dolor del momento y solo te quedas con lo bueno…  y que verdad tan grande!! Os cuento mi experiencia…

Salía de cuentas el dia 20 de Mayo y unos días antes tenía revisión con mi ginecólogo. Después de varias pruebas y de varias semanas realizando monitores (sin ninguna contracción) decidimos programar el parto ya que mi dilatación no avanzaba y no había ni rastro de contracciones y eso que yo hice todo lo que mi ginecólogo me dijo que hiciera a partir de la semana 37 (andaba 4h todos los días), y mi dilatación no progresaba. Así que el día 20 de Mayo sería mamá.

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Ese día ingresaba a las 8 de la mañana en el hospital (privado, sí, ya os hablaré de mi experiencia en  el privado, que hay demasiados tabues al respecto), justo antes de salir de casa me hice una foto de mi barriga, sería la última vez que disfrutaría de ella después de 9 preciosos meses. La noche de antes dejamos todo preparado, mi maleta y la de Daniela (ahhh de esto también os quiero hablar en otra ocasión) Nos dieron habitación y nos acomodamos. La habitación  413 (¿Os acordáis?) La habitación estaba genial, con una cama también para Rober, baño completo, armario, balcón, y vistas al mar, nuestro hotelito como decíamos de broma.

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A las 11 de la mañana comenzamos a dilatar gracias a la oxitocina que me había administrado mi matrona, un encanto por cierto. En todo momento estuve activa, realizando movimientos de pélvis y caminando sin parar, no quise estar sentada o tumbada. Cada cierto tiempo la matrona pasaba a ver que tal iba mi dilatación y poco a poco iba dilatando. Como estaba conectada a los monitores ibamos viendo el montón de contracciones que estaba tienendo pero sin nig¡ngún tipo de dolor, bueno un leve dolor de regla, pero nada más. Asi que yo encantada… hasta en algún momento pensé en no ponerme la epidural… ay que ilusa…

Pasadas unas horitas me rompieron la bolsa y justo en ese momento tuve un par de contracciones dolorosas, pero muy soportables. Y al ratito bajamos a paritorio a ponerme ya la epidural. Esto fue a las 16h.

El paritorio me lo imaginaba como algo muy frio, una camilla extraña, todo el mundo de verde y todo muy frio, no se porque pero es como me lo imaginaba, nunca había estado en un quirofano y todo lo que tienen que ver con los hospitales me da pánico. Pues este paritorio era amplio, todo muy limpio, una camilla que se podía poner de mi posturas diferentes, mi ginecólogo y la matrona iban de azul y fueron super cercanos y cariñosos conmigo y por supuesto Rober estaba a mi lado. Hasta podía elegir el tipo de musica  que quería escuchar para dar a luz. Me pusieron la epidural, solo en ese momento estuve sin Rober cerca y fue el momento en que más miedo pasé. Me temblaba muchísimo todo el cuerpo, creo que ya os he dicho en más ocasiones que me dan mucho miedo las agujas (bueno, ya no). La epidural no me dolió nada, ya que justo antes te anestesian la zona, solo noté como urgaban en la zona pero nada más. Tenía tanto dolor de las contracciones que eso era lo de menos.

Al ratito comencé a notar la pierna derecha totalmente dormida y mucho menos dolor, pero la pierna izquierda seguía notándola. Esperé un rato a ver si se dormía también pero nada… Se lo dije a la matrona y me añadieron una dosis más mientras me tumbaba del lado izquierdo. Seguía sin dormirse… y las contracciones cada vez más intensas y dolorosas. Me movieron en catéter de la epiduraral para ver si estaba más orientado hacía la derecha, pero aún así sentía todo el dolor en un punto del lado izquiero, era un dolor muy fuerte, aunque ya casi ni me acuerdo

;)

En cuanto llegué a los 8cm de dilatación empezó mi expulsivo. Me dijeron que empujara y yo empujé. Fueron 4 empujones muy fuertes, lo dí todo para que mi hija saliera rapido y sufriera lo menos posible. Ya no podía más… estaba muy cansada. Y entonces… llegó ella. A las 18:04 h .Ese momento fue mágico. Noté perfectamente como salía de dentro de mi y me la pusieron encima. Recuerdo perfectamente su olor, su calor y su llanto. Justo en ese momento le dije: – Daniela, que pasa?? Ella me miró, paro de llorar y me agarró fuerte mi dedo. Y se puso a succionar mi pecho como si lo hubiera hecho mil veces antes. (Os hablaré también de lactancia en otra ocasión) Lo recuerdo y me emociono.

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El dolor de las contracciones fué bastante duro ya que la epidural no hizo su efecto en el lado derecho, así que mi parto fué mitad con epidural y mitad totalmente natural jejeje. Así puedo decir que he parido de las dos formas y he vivido una experiencia más en mi vida. Lo que si puedo decir es que estoy super super orgullosa de mi, fui muy fuerte y en muy poquito tiempo di a luz a la cosita más bonita de mundo. Y gracias a mi amor, por estar en todo momento conmigo, ayudándome y apoyándome en todo, por apretarme la mano en los momentos más duros y por emocionarse tanto al ver por primera vez a Daniela.

Espero que os sirva mi experiencia y de verdad que el parto no es para tanto, es más el miedo a lo desconocido y todo lo que nos montamos en nuestra cabeza que lo que realmente es. Todo llega y todo pasa, acordaros de esta frase. Lo mejor de todo el es el final, la recompensa!

** Escribo esto para ayudar a otras mamás para que vean que no es para tanto el tan temido parto y para que mi recuerdo no quede solo en un recuerdo y que dentro de un tiempo pueda volver a este texto y leer y recordar el día más feliz de mi vida**


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